El nombre de Marc Trilles se recuerda con cariño entre los aficionados del Nàstic. Es un futbolista que perdurará en la memoria de los tarraconenses porque siempre será considerado como uno de los suyos.
El defensa estuvo tres años en Tarragona, de la temporada 2020-2021 a la temporada 2022-2023, un tiempo en el que club y jugador las vivieron de todos los colores. Fue una etapa intensa en la que se soñó con la plata, pero se terminó permaneciendo en el barro.
Trilles llegó a Tarragona hace cuatro veranos en un fichaje impetuoso de los granas. El central llegaba procedente de un Lleida en el que había brillado con luz propia en la zaga. Fueron tres años de rendimiento continuo y excelente que pedían a gritos un salto en su carrera.
El Nàstic apareció para ofrecerle un proyecto goloso. El objetivo era subir y Trilles era el futbolista llamado a liderar la defensa tarraconense. Fue una petición expresa de Toni Seligrat que le conocía muy bien del barro y sabía que necesitaba futbolista con ese carácter que siempre imprime el de Vilafamés en los equipos en los que milita.
No se puede decir nunca que la historia de Marc Trilles y el Nàstic no tuviera momentos delicados. No todo fue color de rosa. Hubo momento de crispación y malentendidos que forjaron algo especial.
El defensa y el club terminaron procesándose amor mutuo porque supieron superar los malos momentos y disfrutar con mucho corazón de los grandes instantes. Por eso a nadie le sorprendió las palabras tan bonitas que ha dedicado esta semana Trilles a los granas mediante sus redes sociales. Un vídeo en el que enseñaba algunos de los reportajes y entrevistas que le había realizado la prensa tarraconense y que acompañaba con el siguiente mensaje: «Cosas de la vida. Hoy Instagram me recuerda esto: el domingo volverá a mi querida plaza a la que considero mi casa. Tres años llenos de buenos recuerdos. Es imposible no recordar y no emocionarme. Sin duda es mi historia de amor».
Trilles vivió tres años en los que no terminó de jugar todo lo deseado porque las lesiones nunca le terminaron de respetar de manera continuada. El primer año acumuló 13 partidos, el segundo 21 partidos y el tercero, 20 encuentros.
Fueron cifras que no corresponden al arraigo que se formó entre Trilles y Tarragona. Sus declaraciones no son de cara a la galería porque el sentimiento que existe del de Vilafamés al Nàstic es total. Lo considera su casa porque Trilles siempre disfrutó del fútbol y la vida en Tarragona.
La afición le quería porque se veía reflejado en él sobre el terreno de juego. A Trilles le pueden faltar cosas, pero le sobra corazón. Cada partido se lo dejaba todo y eso siempre se valoró con mucho cariño.
Un final escrito
Este pasado verano se terminó el vínculo que unía a Nàstic y Trilles. No hubo acercamientos para la renovación porque desde la entidad tarraconense se creyó conveniente renovar la zaga al completo. A Trilles no le hubiese importado seguir y repetir el verano de 2022 en el que su salida estuvo cerca, pero finalmente terminó renovando un año más.
Lo hizo queriendo redimirse de aquel ascenso frustrado en Vigo. No pudo ser y probablemente le tocó vivir un curso más duro como futbolista en Tarragona. Por suerte tuvo final feliz porque terminó siendo un fijo en los planes de Dani Vidal y consiguiendo la permanencia. Trilles se marchó dejando al Nàstic en el bronce, aunque su deseo hubiera sido haciéndolo en la plata, pero el fútbol no siempre da lo que deseas.
El jugador de Castellón regresa este domingo al Nou Estadi Costa Daurada en las filas del Tarazona. Allí es un futbolista capital que desde el primer momento lidera con carisma y pundonor el vestuario. Aterrizó como uno de los fichajes estrella del equipo recién ascendido y su rendimiento no ha defraudado.
Son 13 partidos como titular los que lleva disputados. Ya ha superado la barrera de los 1.000 minutos. Ha encontrado el confort de la regularidad y su juego lo ha agradecido.
El Tarazona comenzó la temporada con dificultades, pero ahora se encuentra inmenso en una racha muy positiva de resultados que no quiere frenar en Tarragona. Son nada más y nada menos que dos empates y dos victorias consecutivas que le han puesto los puestos de salvación a tiro.
La resurrección es un hecho y el Nou Estadi es la plaza que Trilles tantó amó y ama, pero que ahora quiere conquistar con su Tarazona. Para él, el fútbol es una guerra y durante 90 minutos no habrá amigos. Pero antes y después, Trilles alzará su cabeza y observará con cariño y respeto a la que fue su casa. Tarragona no le olvida. Él tampoco lo hace.