Una nueva prueba de fuego superaron Dani Vidal y sus chicos ante el Celta Fortuna. El equipo grana volvió a demostrar que es un rival que ante los grandes se crece. Ofrece su mejor versión y siempre compite, inclinando la balanza normalmente hacia su costado. La derrota frente al Tarazona podría haber generado dudas, pero el Nàstic volvió a ser ese muro defensivo y que en casa penaliza al rival cualquier mínimo error.
Dani Vidal apostó por comenzar el partido apretando en bloque alto al Celta Fortuna, pero el paso de los minutos dejó claro que el filial celeste tenía el juego suficiente como para superar la presión con firmeza. Eso provocó que Dani Vidal y sus jugadores optaran por defender en bloque bajo. Allí el Nàstic se siente fuerte y lo volvió a demostrar.
El Nàstic acabó el partido con una defensa de cinco y Sanz apretando desde la medular
La defensa en espacios reducida que hicieron los tarraconenses fue de libreto. Líneas muy juntas y todos los jugadores activos en espacios cortos para ofrecer ayudas en la marca y cortar líneas de pase. En ataque, Pablo aprovechó la única que tuvo en una gran jugada combinativa entre Andy Escudero y Joan Oriol que terminó con un centro suave y bombeado de Joan Oriol que el asturiano no desperdició.
Los minutos finales fueron de achicar agua. Óscar Sanz en la medular y Dufur en la línea de cinco permitieron a los granas salir airosos de un empuje celeste que no se tradujo en ocasiones. Tuvieron dominio, pero no colmillo. El Nàstic tuvo calidad defensiva y picó cuando tocaba. Otra victoria ‘made in Vidalneta’.
