La autenticidad es siempre digna de admirar. Tanto en la vida como en la competición, la naturalidad destaca cada vez más en positivo. El Fútbol Salou Sports Center fue, durante el pasado fin de semana, un ejemplo ideal de la cara más pura del deporte. La transparente. La que no da lugar al exceso de focos ni a los espectáculos impostados. La de los valores en mayúsculas. La que a todos gusta.
Silbatos al unísono. «3, 2, 1... rueda el balón», gritó la afición. Así empezó la tercera tanda de partidos que se disputaron en esta primera fase de LaLiga Genuine, después de los encuentros del pasado sábado por la mañana y por la tarde. Se respiró fútbol durante todo el fin de semana. Las aficiones de los 44 clubes participantes se entregaron para vivir la primera de las cuatro fases que se jugarán en una temporada que cuenta con dos equipos más, después de las incorporaciones del Fútbol Club Andorra y de la Fundación Real Madrid.
La competitividad se hizo notar en los primeros compases de juego. Arropados por los suyos, cada uno de los conjuntos salió al verde dispuesto a dejarse la piel en todos los balones. No valía escatimar en esfuerzos. El juego en equipo fue el pilar de las diferentes propuestas de partido. Arropar a tu portero cuando falla, abrazarlo cuando es el héroe. Y, por qué no, celebrar el gol con los rivales. Todo vale en LaLiga Genuine, y eso es lo que hace que esta competición respire de una manera sana, diferente. Porque se pide el VAR, aunque no haya, porque todo se aplaude y porque la celebración del ‘Guaje’ Villa y de Robert Lewandowski fueron solo algunas de las formas de festejar que el balón cruzaba la línea de gol. Son detalles que hacen este deporte más cercano. Conversar con el árbitro con tranquilidad, abrazar a la hinchada después del partido, reír, llorar, disfrutar... Hacer que el fútbol sea protagonista.
El Nàstic venía de caer el sábado por 3-0 y por 0-3 ante Córdoba y Elche respectivamente. Pero no se iba a ir de vacío. Ante la Fundación Málaga CF, los de Rafa Magrinyà demostraron de lo que son capaces y desplegaron un buen juego que les permitió llevarse tres de las cuatro partes para ganar el partido por 3-1. Los granas cierran así la primera fase en la novena posición del Grupo “Compañerismo” con cinco puntos.
Por su parte, la Fundació Futbol Base Reus triunfó en los tres partidos del fin de semana. Ante el Cartagena por 1-2, contra el Granada por 2-1 y en su último enfrentamiento ganaron al Elche con otro 2-1. Destacó Guillem Monreal por encima de todos en el cuadro rojinegro. O como a los suyos les gusta llamarle, ‘Guillemdowski’, ya que es el arma ofensiva ganxeta por excelencia. Los de Jordi Tobías se colocan así en tercera posición, también en el Grupo “Compañerismo”, solo superados por el Burgos CF y por el Real Oviedo, que acumulan más puntos por fair play. Los reusenses celebraron el tres de tres junto a los suyos con una piña que unió a plantilla y afición. Después, los flashes inmortalizaron el sentimiento de un pleno de victorias.
Pasillo al compañerismo
Una vez finalizada la jornada, los equipos tomaron camino de vestuarios, no sin antes atravesar el pasillo que organizadores y aficionados les tenían preparado. Un pasillo de reconocimiento y respeto, que fue la escenificación perfecta de lo que más se valora en esta competición: el compañerismo. Todo ello ligado a un denominador común: la pasión por el fútbol.
Todos los cuadros recibieron un trofeo como premio por su participación y se otorgó una medalla a cada uno de los integrantes de las plantillas. La ilusión y la felicidad se podía vislumbrar en las caras de supporters y jugadores, indivisibles a la hora de competir. Juntos en la victoria y en la derrota porque lo importante nunca fue el resultado, ya que, durante todo el fin de semana, ganó el fútbol.