Marc Fernández vuelve a sonreir con fuerza. Eso en el vestuario y en el cuerpo técnico reconforta porque hablamos de uno de esos jugadores que siempre van de cara. El atacante de Corbera de Llobregat no ha vivido un inicio de temporada nada fácil, pero ha trabajado en silencio para darle la vuelta a la situación y vaya sí lo ha conseguido. En los tres últimos partidos ha dejado dos goles y una asistencia que le han devuelto la confianza perdida.
El futbolista grana comenzó la temporada, siendo titular y contando con la confianza total de Dani Vidal que siempre le ha considerado un jugador determinante.
El técnico granal e situó en la banda izquierda y también en el frente ofensivo y durante las dos primeras fechas fue titular, pero a partir de ahí entró en una etapa en la que la etiqueta de titular indiscutible desapareció.
Marc Fernández combinó titularidades con suplencias y vio como octubre y noviembre se convertían en dos meses muy complicados a nivel individual. Tres acciones marcarían unas semanas muy duras en las que parecía que este no era su año.
En Riazor adelantó a los granas con un gol totalmente legal que el árbitro decidió anular para sorpresa de todos. Hubiese sido el primer tanto del curso para un hombre que necesita goles para su confort. Aquel golpe le hizo daño, pero el destino todavía le tenía preparadas dos sorpresas amargas en el camino.
Solo tres días después, el Nàstic caía eliminado ante el Orihuela en la primera ronda de la Copa del Rey en los penaltis tras el 0-0. Un resultado que Marc Fernández pudo romper, pero que no lo hizo porque falló un penalti que fue clave en la resolución de la eliminatoria.
Lo peor estaba por llegar y llegó. Fue en la 12ª jornada ante el Sestao en el Nou Estadi. Marc Fernández entró de revulsivo y tuvo la gloria a sus pies en la agonía.
Se quedó solo ante el portero, al que regateó, pero justo en ese momento se lesionó de los isquios. Disparó como pudo y su disparo lo repelió un defensa del Sestao.
Las redes sociales se llenaron de criticas hacia un jugador que tuvo que salir a defenderse. Fue de cara, como siempre ha hecho, y advirtió que su mejor versión iba a llegar. El tiempo le ha dado la razón y Marc Fernández ha comenzado el 2024 como un tiro. Frente al Cornellà entró como revulsivo y cerró la goleada grana (3-0) en su primer gol de la temporada. Frente al Celta Fortuna fue titular y le dio la asistencia de gol de la victoria a Pablo Fernández. Ante el Lugo abrió la lata con un cabezazo en la línea de gol tras el córner de Borja Martínez.
Un inicio de 2024 soñado
Tres jornadas seguidas en las que ha aportado tangibles que han beneficiado al colectivo y que han reforzado al futbolista de Corbera a nivel individual. En la banda izquierda ha vuelto a encontrar esa relación fluida con el área contraria que tanto había añorado. Fernández es un futbolista que a sus 33 años ha perdido chispa, pero mantiene el peligro de cara a portería porque tácticamente es un futbolista con mucha picardía y también tiene un golpeo de balón al alcance de muy pocos atacantes en la categoría.
Estos tres aportes claves para el colectivo se han unido al hecho de que su mayor competencia en el costado izquierdo esté en estos momentos lesionado. David Concha ya se perdió el duelo frente al Lugo de la pasada jornada y no llegará con total seguridad al duelo del domingo frente al Osasuna Promesas, ya que acaba de iniciar la recuperación de la lesión sufrida en el bíceps femoral de la pierna derecha.
Marc Fernández está de vuelta. Su mejor versión ha aparecido con el inicio de un 2024 en el que ya suma dos goles y una asistencia.
El Nàstic disfruta de la versión decisiva de un jugador al que se fichó para eso, para decantar partidos. Un soldado más para la causa del ascenso. Por si ya fueran pocos.