El Nàstic ha reaccionado este jueves a la sanción impuesta por el Juez Disciplinario Único tras el partido Nàstic-Málaga. Lo ha hecho a través de su director general, Lluís Fàbregas. El directivo grana ha calificado la sanción de «injusta, desproporcionada e inmerecida».
Fàbregas ha lamentado que el Juez Disciplinario solo haya tenido en cuenta para su sentencia el acta arbitral de Eder Mallo «que hace una descripción de los hechos que no se ajustan a la realidad» y «no haya considerado el informe imparcial de los Mossos d’Esquadra donde describe lo que pasó antes, durante y después del encuentro y en la que queda evidente la falsedad del acta arbitral». Fàbregas añade que «el informe de los Mossos es neutral y no entendemos que no se tenga en cuenta a la hora de fijar una sanción».
El club grana ha anunciado que recurrirá a la sanción y, como explicaron el martes el consejero Antoine Jordà y el expresidente Josep Maria Andreu, también abrirá la vía judicial ordinaria «para restituir el prestigio y la mala imagen del club» después de las manifestaciones escritas del árbitro Eder Mallo sobre «hechos que no sucedieron en los términos que describe el pasado sábado».
En este sentido, ha recordado que la entidad está preparando «una demanda sólida y contundente porque hay indicios suficientes de negligencia por parte del colegiado Eder Mallo».
Lluís Fàbregas ha asegurado que desde la entidad «estamos tranquilos porque había más de 14.500 personas en el Nou Estadi y muchas otras viéndolo por televisión, todos pudieron ver lo que pasó en el terreno de juego». En este sentido destaca que el único hecho que salió de la normalidad de un partido de fútbol fue «la desaparición del árbitro porque se hubieran lanzado al campo tres pelotas». El director general del Gimnàstic ha recordado que también se lanzaron balones al campo en Málaga, en el Córdoba-Barça de la otra eliminatoria de play-off de ascenso «y el árbitro no se marchó». El dirigente grana ha insistido en que el motivo de la interrupción del partido fue «para evitar expulsar a un jugador que lanzó un balón contra la grada» y ha añadido que ese parón «rompió el ritmo de juego y tuvo repercusión en el resultado final».
