El Nàstic está a tres partidos de Segunda División. El resumen es sencillo. El vértigo aparece si uno lo piensa. Ascender está en las manos del equipo grana. Volver al fútbol profesional. Abandonar una categoría deficitaria como es la Primera RFEF en la que hasta ahora ha habido más promesas que certezas en cuanto a su profesionalización. Sigue siendo el barro por mucho que se decore con maquillaje y purpurina.
Para salir del infierno primero hay que haber convivido con él. Nadie le puede decir al Nàstic que no lo haya hecho. Son ya tres años en los que ha masticado tornillos en una categoría que no regala nada. Por eso es tan meritorio estar en las semifinales del play-off, y mejor todavía, depender de uno mismo para sacar billete en la final.
El conjunto de Dani Vidal es el heredero de aquel equipo de Raül Agné que peleó contra todo y todos y que se quedó a las puertas de la gloria en Vigo. En el equipo no hay ningún superviviente de aquel mazazo que todavía escuece en la herida del corazón grana. El ascenso a Segunda División estuvo a solo un partido y vengar aquel doloroso episodio está en la mente de todos. Esa rabia y amargura va a ser gasolina para las almas que se congreguen en el Nou Estadi Costa Daurada.
Al Nàstic le vale el empate al final de los 90’ y la prórroga para pasar a la final por el ascenso
La afición grana está más motivada que nunca. Va a responder a lo grande y va a dibujar un ambiente en el Nou Estadi en el que no habrá lugar para la apatía. Más de 13.000 gargantas, se podría incluso superar la barrera de los 14.000 espectadores, acudirán al feudo grana con el objetivo de convertirlo en un infierno para el Ceuta.
Antes de pensar en una hipotética final ante el Málaga primero toca dejar por el camino a un equipo que se va a resignar de manera firme a ello. El Ceuta ya demostró en la ida ser un conjunto con mucha personalidad y que cuenta con piezas en ataque que son capaces de cambiar el signo de un partido sin previo aviso. Rodri Ríos demostró porque es uno de los mejores delanteros de la categoría. A la mejor defensa de la Primera RFEF, como es la del Nàstic, le clavó dos goles en forma de daga. Con la cicatriz en la piel todavía en proceso de curación, el equipo tarraconense sabe que el Nou Estadi Costa Daurada debe atar en corto a ese killer que parece que huele sangre siempre que juega contra los granas.
Hay diversos aspectos que permiten invitar al optimismo. El Nàstic estará en la final del play-off si se cumplen varios factores que han predominado a lo largo de la temporada. Todo se podría resumir en que los granas son un equipo demoledor en casa y que el Ceuta como visitante baja y mucho sus prestaciones. El Nàstic ha sido el mejor local del grupo 1 con 41 puntos en su casillero, mientras que el Ceuta solo ha sumado 21 puntos fuera de casa. No obstante, las estadísticas se rompen y eso está muy presente en una plantilla tarraconense que ha interiorizado a fuego el mensaje que les ha mandado su entrenador tanto de puertas para dentro como para fuera: «Tenemos que ir a ganar sí o sí».
El peligro de especular está porque el Nàstic sabe que con un empate en el tiempo reglamentario y en la prórroga estaría en la final. Pero jugar con ese contexto en la mente solo puede llevar a un camino peligroso en el que los minutos no pasen y el sufrimiento deje de lado a la ambición.
El Ceuta es un equipo que baja sus prestaciones como visitante (21 puntos)
Dani Vidal no ha querido dar pistas sobre el once que comparecerá en el Nou Estadi Costa Daurada. No obstante, es una evidencia que ha encontrado su once tipo en las últimas semanas y que sin lesiones ni sanciones se vislumbra complicado que haga demasiados cambios respecto al equipo que consiguió un empate a dos en la ida en el Alfonso Murube. Una alineación que se recita de memoria en las últimas semanas en la que Varo es el portero, Pol Domingo y Joan Oriol son los laterales, Trigueros y Nacho la retaguardia, Sanz y Gorostidi la sala de máquinas, Jardí el puñal derecho y arriba Pablo y Godoy como la dupla goleadora. Falta uno, pero es que es la gran duda en el once inicial. En el costado izquierdo hay diversas posibilidades, aunque parece que la terna final está entre Marc Fernández y David Concha. Dos extremos de perfil diferente entre los que Vidal deberá decidir. Lo hará en función del plan de partido y sabiendo siempre que tendrá un as en la manga. El Nou Estadi está listo. Hoy es una cita para el recuerdo. Una final por el ascenso está en juego.
