Hacía 28 años que Inglaterra no se metía en las semifinales de un Mundial de fútbol. Quizá por eso este sábado en Salou era más difícil encontrar una silla en una terraza a las 4 de la tarde que un hueco para plantar la toalla en la playa del Llevant. El encuentro de cuartos contra Suecia pilló a la hora del té, sí, pero eso poco importó para cambiar la bolsita y la infusión por las pintas y la sidra, que casan mejor con el fútbol.
Eso debieron pensar los miles de turistas ingleses que se encuentran de vacaciones en la costa y que han convirtido Salou en una ciudad inglesa más para celebrar una clasificación que muchos no han vivido nunca.
Es complicado descubrir una afición que viva el fútbol con una vehemencia tan grande como la inglesa. Los mismos hoteleros de la Costa Daurada aseguran que la celebración del Mundial es un factor que les perjudica de cara a este verano en el número de reservas. Muchos ingleses prefieren quedarse en su país para poder vibrar con el campeonato. Los miles a los que les ha pillado estos días en Salou, tampoco han tenido demasiados problemas para vivir el partido como en casa.
«Esto es la Copa del Mundo y aquí se celebran hasta los saques de banda», jalea uno de los aficionados que se han citado en el pub The Bus Stop, en la avenida Andorra. Aquí se concentran en cada retransmisión mundialista decenas de hinchas de todas las selecciones. Lo cierto es que la salida prematura de España ha dejado en manos de Inglaterra esta emblemática terraza de Salou. El viernes fue fiesta gala, pero esta vez tocaba adorar a Sterling, Lingard, Young, Kane y compañía.
La señal de la televisión británica acaba de vestir el ambiente. El 0-1 de Maguire empieza a dar alas a los ‘hooligans’. El devaneo de cervezas y cánticos pilla desubicados a muchos otros turistas que se paran a retratar la escena. El guardameta Pickford es uno de los que más piropos centra a cada aparición en pantalla. No es el día de Harry Kane, cierto, pero la fe en él es grande. «Se está reservando para la final», se atreven a adivinar. El 0-2 de Dele Alli desata la euforia. Sin freno ya hasta el 90’.
«It’s coming home / It’s coming home / It’s coming / Football’s coming home» reza el estribillo de la canción 'Three Lions' que se ha convertido en el himno de la selección inglesa. Un himno para una nueva generación que no parará de corearlo por las calles de Salou.
Todos parecen convencidos de que esta vez sí. Que la joven selección que ha confeccionado Gareth Southgate va a devolver el fútbol a casa desde Rusia. Antes, quedan dos paradas más para poder vivir en la Costa Daurada.