Estos últimos años han sido complicados para el CF Banyeres. No solo por la pandemia sino también por la mala gestión de la antigua directiva que provocó que en la temporada 2019-20, mientras competían en Tercera Catalana, el primer equipo se quedase sin jugadores. Durante la siguiente campaña no hubo fútbol en el pueblo, ya que la entidad no se inscribió a la competición. Una decisión que significó el descenso automático a Cuarta Catalana, categoría en la que compiten actualmente tras la refundación del amateur.
«Cuando el Banyeres estaba a punto de desaparecer porque nadie se hacía cargo del club, nos juntamos un grupo de amigos de aquí que siempre hemos estado vinculados al fútbol y junto al apoyo del Ayuntamiento pudimos sacarlo adelante», explica Toni Álvarez, el ahora presidente del club. Además, la entidad cumplirá 100 años en 2027 y «no podemos permitir que el CF Banyeres no sea centenario». La junta directiva está haciendo un esfuerzo titánico para refundar este proyecto desde cero. Uno de sus integrantes es Quim Redondo, quien también ha asumido el cargo de entrenador del primer equipo.
«Yo siempre he estado entrenando en equipos de fútbol base de la zona y esta es mi primera vez en un amateur», confiesa Redondo. Pero pese a ser su debut en esta categoría, la temporada está yendo mejor de lo esperado. Con un fútbol directo, sin complicaciones atrás y con mucha calidad en los jugadores de ataque, han logrado colocarse en las primeras plazas del grupo 24 de Cuarta Catalana. Los resultados invitan a soñar con un posible ascenso, un objetivo que a principio de temporada no se barajaba: «Nuestra idea al refundar el club era poder subir en unos años coincidiendo con el centenario, por eso hemos querido hacer una base para ir creciendo y acabar logrando el ascenso a largo plazo».
Apuesta por la casa
La junta directiva ha apostado este año por traer jugadores del pueblo. De hecho, aproximadamente el 50% de la plantilla es de Banyeres. «Había mucha gente joven de aquí que siempre ha jugado fuera y hemos intentado que vuelvan a casa, por otro lado hay algunos que conocía que llevaban años sin jugar y les llamé para ficharlos», explica el técnico. Más de la mitad de los jugadores tienen 20 años o menos. Lo que a priori puede parecer un hándicap en estas categorías, es algo que está jugando a favor del club, ya que todos tienen ganas de evolucionar y demostrar su valía. Para Redondo, la clave está en la unión: «Esto es como una cooperativa porque todos somos importantes y juegan del primero al último».
El club lleva ya varios años sin tener fútbol base. «Las categorías inferiores hicieron una fusión con la Fundación Marc Bartra», comenta Toni Álvarez. Esto permite que los jugadores puedan seguir formándose en una entidad que se dedica exclusivamente a ello; mientras que al CF Banyeres le saca mucho trabajo de encima, ya que crear equipos de fútbol base en un pueblo tan pequeño es complicado. El presidente del club tiene la esperanza de que ·cuando los jugadores acaben allí su etapa juvenil puedan volver aquí si así ellos lo deciden».
Cuando se refundó el club el verano pasado, las expectativas para esta temporada no eran muy ambiciosas. Pasar un año de transición, acomodarse a la competición y el curso siguiente dar el paso para intentar subir de categoría. Pero dadas las circunstancias, el CF Banyeres luchará hasta el final para lograr el ascenso este mismo año. «Lo que nos hace ilusión a la directiva y al pueblo es tener un equipo en Tercera Catalana, porque es una división en la que habrían muchos derbis y creemos que tenemos que estar ahí», reconoce Álvarez.
Después de la inactividad, el CF Banyeres ha demostrado que ha sabido reconstruirse para regresar a la competición con todas las garantías de éxito. Su filosofía está dando frutos y ha confirmado su condición de aspirante al ascenso esta temporada.