Es tan evidente la superioridad de la España campeona del mundo que con cuatro partidos ya tiene en su bolsillo la clasificación a la Eurocopa 2025, único trofeo que aún no han levantado. Siete goles a Bélgica en la región flamenca de Lovaina, una remontada ante República Checa en un pletórico Plantío de Burgos, y dos triunfos ante Dinamarca, el primero en Vejle, y el segundo, tirando de épica, en el paraíso de Tenerife, sellaron el pasaporte del grupo que dirige desde el banquillo Montse Tomé para la gran cita europea que se celebrará el próximo verano en Suiza. La selección, con las ausencias importantes de Olga Carmona, Ona Batlle, Alba Redondo y la Balón de Oro Aitana Bonmatí, todas ellas por lesión, y sin Vicky López por tener que realizar los exámenes de Selectividad, lleva en la fase de grupos 15 tantos y tres en contra.
Y no importa que jueguen las de siempre o se pruebe el fondo de armario. España, que ya puede empezar a tener otra mirada hacia el siguiente reto, los Juegos Olímpicos de París, sabe que es el rival a batir por el resto de selecciones y prepara cualquier encuentro como si se tratara de una final aunque le tocara volver a remar a la contra. Y es que se adelantó en el Heliodoro Rodríguez López el equipo nórdico, con un buen remate de cabeza de Thomsen ante el que nada pudo hacer Misa Rodríguez, quien vivía un partido muy especial por jugarse en su tierra, Canarias.
No hay mayor peligro para la número uno del ranking FIFA que ella misma, y cualquier posible relajación por verse superior a sus rivales puede costar un susto. Volcó a partir de ahí España su disposición en una banda izquierda liderada por Alexia Putellas y Eva Navarro, que buscaban las internadas de la veloz Salma Paralluelo, siempre vigilada en corto. El equipo con un 65% de posesión en la primera mitad, era incapaz de traducir su manifiesta superioridad en el marcador ante las chicas dirigidas por Andrée Jeglertz, que completaron minutos muy serios.
La eléctrica Athenea del Castillo buscaba darle una marcha más un partido en el que se estaba pecando de falta de acierto, y en el que Bruun estuvo a punto de repetir éxito ante la portera canaria de España. La Roja no se encontraba así misma ni se reconocía en el primer duelo que disputaba el combinado nacional en el coliseo tinerfeño. Imprecisa, sin el control de juego habitual, se mostraron desacertadas en las inmediaciones del área rival así como sin ajustes en las posiciones del centro del campo.
Épica desde la estrategia O agitaba el avispero Montse Tomé o la sorpresa saltaría en las islas afortunadas. Entraron la azulgrana Mariona Caldentey y la ariete del Manchester United Lucia Garcia. Ambas pudieron igualar ante las danesas, pero Østergaard les negó el gol, a la del Barça además desde el punto de penalti. Perdonó la centrocampista campeona de la Champions y aprovechó el regalo Thomsen para firmar su doblete cinco minutos antes de que Irene Paredes firmara dos goles rapidísimos, ambos a pase de Alexia tras saque de esquina. El asedio a balón parado daba resultado. Dinamarca se encerró en su área en el tramo final para aguantar el juego al abordaje de España, insaciable en busca de un pleno de victorias que llegó en el descuento, tras un pase sublime de Tere Abelleira para el remate de Lucía García. La Roja, en su peor partido desde hace muchos meses, supo sufrir, remontar y poner rumbo a la Eurocopa.
