El Reus Deportiu Bàsquet ha resurgido tras años de letargo. Con 94 años de historia que lo avalan, el club se ha propuesto recuperar el esplendor y su lugar entre los referentes de la provincia. La entrada del patrocinador Virocam ha sido clave para proporcionar el impulso que la sección necesitaba, respondiendo a la demanda social de la ciudad por un proyecto de baloncesto consolidado, tanto a nivel base como en los primeros equipos. Esta temporada, el sénior masculino competirá en Copa Catalunya, tras haber logrado el ascenso desde Segunda Catalana y adquirir una plaza vacante en la mencionada categoría.
Esta temporada el Reus Deportiu Virocam ya será el cuarto equipo de la provincia en cuanto a división. «Hasta ahora, estábamos lejos de donde el club merece estar. También por la ciudad de Reus, que necesita un proyecto de baloncesto a su altura», coinciden Aran Mazón y Marc Olivart, coordinadores de la sección y asistente del sénior masculino y técnico del sénior femenino, respectivamente.
El cuadro rojinegro volverá a competir en Copa Catalunya 12 años después. La temporada 2012-13 fue la última vez que compitió en la segunda máxima categoría a nivel catalán, tras la reciente creación de la Super Copa Catalunya.
«Desde la junta directiva se decidió dar el paso. Tenemos la capacidad tanto a nivel de club como plantilla de asumirlo, podemos ser competitivos en la categoría», asegura Olivart. Una división de renombre que, en palabras de Mazón, refuerza al primer equipo «como el espejo e imagen en los que la base debe proyectarse y aspirar a jugar algún día».
El bloque que logró el ascenso a Primera Catalana se ha mantenido, con la renovación de 6 jugadores y la incorporación de 5 nuevos efectivos. La temporada servirá para medir las aspiraciones de un Reus que no renuncia a soñar en grande, con el baloncesto estatal como objetivo a largo plazo y una ciudad que vuelve a respirar baloncesto.
«Somos prudentes, sabemos que hacer dos ascensos consecutivos y habiéndonos saltado una categoría es complicado, pero por plantilla podemos lucharlo y estar entre los 5 primeros», apunta Olivart, en una división donde solo los dos primeros clasificados del grupo ascienden.
Por su parte, el sénior femenino competirá en la Segunda Catalana. En el curso 2011-12 llegó a disputar la segunda máxima competición estatal, la Liga Femenina 2. Asimismo, el baloncesto femenino representa el gran activo de la base. El número de fichas (165) es mayor respecto a las masculinas (130), repartidas en un total de 26 equipos y cifra a la alza en los últimos años.
Tal y como señala Olivart, además de poder ofrecer «el entorno formativo adecuado a cada niño/a», la cantidad de licencias permite que aquellos que destacan no tengan que irse de la ciudad para jugar. Precisamente, este año se ha creado por primera vez un filial masculino, tras adquirir una plaza en Segunda Catalana, lo que permitirá «potenciar el talento y servir como puente hacia el primer equipo», según Mazón.
Todo ello regido por un nexo común que une desde los equipos sénior hasta los más pequeños: el sentimiento de pertenencia al club y unos valores formativos basados en el compromiso, respeto, compañerismo y tolerancia a la frustración.
Olivart y Mazón, con 18 y 13 temporadas en el club, son un reflejo de ese sentimiento y sinergias entre la base y los equipos sénior.
