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Dos reyes para un solo trono

El mundo asiste a un duelo estratosférico, Argentina contra Francia, Leo Messi contra Kylian Mbappé

17 diciembre 2022 15:35 | Actualizado a 17 diciembre 2022 23:15
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La aspiración eterna del ‘10’ albiceleste de conquistar el Mundial contra la hazaña del 'bleu' de emular a la legendaria Brasil de Pelé con dos títulos consecutivos.

Ni en Alemania 2006, ni en Sudáfrica 2010, ni en Brasil 2014, cuando jugó y perdió la final en la prórroga, ni en Rusia 2018, cuando se enfrentó y cayó en octavos ante Francia, alcanzó tal desafío el atacante argentino, el mejor de la historia para muchos, que afronta su último partido en la Copa del Mundo, la última ocasión de rememorar al Diego Armando Maradona de México 86.

Pendiente del virus que lo acecha, la actual campeona ha llegado a la final con menos solidez defensiva que en 2018, compensada por una mayor efectividad goleadora incluso sin la mejor versión de Mbappé, pero con un fantástico Antoine Griezmann en su reinvención como jugador total, que le permite ambicionar la segunda corona consecutiva, como la Brasil de 1958 y 1962 y como la Italia de 1934 y 1938.

Es su Mundial. De las dos selecciones, las dos mejores sea cual sea la perspectiva, y de sus dos astros, que representan a dos generaciones diferentes. 35 y 23 años, pero son el presente más absoluto del balompié a lo largo de todo el planeta, transformado en el inmenso terreno de juego en el que ambos definirán la mejor selección y el mejor jugador en el escenario más grande e inigualable.

No dependerá únicamente de los dos. Son los líderes de dos bloques preparados para todo por Lionel Scaloni, reafirmado como un entrenador incuestionable, y Didier Deschamps, campeón como jugador y como técnico con la selección francesa. La partida táctica también asoma decisiva. Igual que el resto de los jugadores, que complementan a los genios, pero que tienen también mucho que expresar en la final de este domingo. Son necesarios.

El portero argentino, Emiliano 'Dibu' Martínez, el héroe de los penaltis de cuartos de final contra Países Bajos, cuando se enfrente a cualquier remate de Olivier Giroud, goleador cuatro veces en este Mundial.

O el guardameta francés, Hugo Lloris, tan crucial como su homólogo en Argentina, cuando encare al concluyente Julián Álvarez, con cuatro tantos en los cuatro choques más recientes, desde que se ganó la titularidad en competencia directa con Lautaro Martínez. Los defensas Nicolás Otamendi o Cristian Romero frente al propio Giroud. O Dayot Upamecano y quizá Raphael Varane, si se recupera del virus, frente a Julián Álvarez.

Messi también será un desafío tremendo para Theo Hernández, y Mbappé será la amenaza de Gonzalo Montiel, tras cumplir sanción, o de Nahuel Molina, las opciones para el lateral derecho que maneja Lionel Scaloni.

Los centrocampistas Enzo Fernández, Rodrigo de Paul o Alexis Mac Allister cuando deban detectar, contener y aplacar el fútbol entre líneas, decisivo, clave, de Griezmann, asistente tres veces en el torneo, agitador constante e incontestable de las líneas contrarias.

O viceversa, cuando el medio campo de la albiceleste —o las continuas apariciones de Messi— pongan a prueba a Aurélien Tchouaméni y Adrien Rabiot, ya recuperado del virus que lo apartó de la semifinal y repuesto en el once de la final.

El conjunto inicial de Scaloni mantiene dos dudas. Una depende del sistema, entre el 4-3-3 con Ángel Di María, ya recuperado de la sobrecarga que limitó a ocho minutos su participación entre los cuartos de final y las semifinales; el 4-4-2 con Leandro Paredes, la apuesta contra Croacia del pasado martes con un éxito palpable, o el 5-3-2 con Lisandro Martínez para fortificar su zaga.

Gonzalo Montiel o Nahuel Molina, dependiendo del perfil que elija para sostener el lateral derecho frente a Mbappé, es la otra decisión que aún debe tomar Scaloni, que tiene el resto de la alineación aparentemente definida, con 'Dibu' Martínez, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña, tras cumplir sanción, Enzo Fernández, Mac Allister, De Paul, Messi y Julián Álvarez.

Deschamps tiene su once más claro, aunque depende de que todos sus hombres estén listos, de que el virus no le reste efectivos para asaltar su segundo Mundial, el tercero para sus vitrinas tras el que consiguió como jugador en 1998. El seleccionador francés ha estado en los Mundiales anteriores de Francia y ha armado una selección para hacer brillar a Mbappé en busca del tercero. Tiene la receta del éxito y busca aplicarla. Recordó que a lo largo de toda la competición ha ido superando «imponderables».

Deschamps reconoció que las horas previas a una final son «peculiares», pero aseguró que Francia tiene la suerte de contar con jugadores en su plantilla que han conocido este tipo de situaciones y saben «controlar mejor la excitación».

Reiteró que el partido de 2018 en octavos de final, cuando Francia se impuso a Argentina, no servirá como referente porque no son los mismos jugadores: «Aquí, Argentina ha jugado con seis equipos diferentes y con seis sistemas diferentes. Eso lo hemos analizado, nos puede valer. Aunque siempre es posible que contra nosotros hagan algo distinto», aseguró. Deschamps indicó que aguardan un ambiente favorable a Argentina en las gradas, pero señaló que no será eso lo que determine la final.

Por su parte, Lionel Scaloni esperó ayer que Leo Messi pueda conquistar la Copa del Mundo en el que será su último partido en el torneo, y remarcó que lo importante es disfrutarlo: «Esperamos que si es el último podamos ganar la Copa, que sería magnífico».

El capitán de la selección argentina insistió el pasado martes, después de la victoria por 3-0 en las semifinales contra Croacia, que el duelo de este domingo «seguramente, sí» será su último partido en una Copa del Mundo, en la que jugará su vigésimo sexto encuentro en la final ante la selección francesa, más que nadie en la historia del torneo, cuya primera edición data del año 1930.

«El partido es Argentina contra Francia. Más allá de Messi y Mbappé, ambos tenemos las armas necesarias para que el partido lo puedan decidir otros jugadores, aparte de ellos dos. Esperemos que caiga de nuestro lado», afirmó Scaloni, que consideró «un trabajo de equipo más que individual» el marcaje y la vigilancia del astro francés.

Lionel Scaloni contra Didier Deschamps. El duelo de la final en los banquillos. Juventud frente a experiencia. El argentino se enfrentó como futbolista, en el Deportivo de La Coruña, al francés en cuatro ocasiones cuando este dirigía al Mónaco, solo ganó una. Ahora, 18 años después, ambos persiguen el mismo objetivo: la tercera estrella de campeón del mundo para su país.

Croacia se lleva el tercer puesto

Por su parte, la selección croata venció a Marruecos (2-1) gracias a los goles de Joško Gvardiol en el minuto 7 y de Mislav Oršić, que volvió a adelantar a los suyos en el 42’ tras el empate de Achraf Dari en el 9’, y logró así su segundo bronce en un Mundial, tras el que consiguió en su estreno en esta competición, en Francia 1998.

La ‘final de consolación’ fue, sin ser nada del otro mundo, más vibrante que el partido que enfrentó a ambos equipos en la primera jornada de la fase de grupos, que terminó con empate a cero y sin apenas llegadas.

El desgaste acumulado, la falta de frescura y hasta la mayor ambición ofensiva de los ‘Leones del Atlas’ permitió ver un partido más abierto, con más idas y venidas.

Marruecos, la revelación de Catar 2022, se despide con una cuarta posición que es su mejor resultado en un Mundial.

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