El Johan Cruyff es una cuna de talento en la que cuesta coger aire porque enfrente hay un rival que siempre interpreta la partitura con dinamismo y naturalidad. El Barça Atlètic es un conjunto que cada año cambia piezas, pero que siempre mantiene su esencia de juego porque no la negocia. Un equipo que quiere la pelota y que en la mayoría de ocasiones sabe que hacer con ella. Eso provoca que los rivales tengan asumido que cuando acuden al Johan tienen por delante un partido de muchos kilómetros. El Nàstic de Tarragona ya ha demostrado ser un rival al que no le asusta el ideario azulgrana, pero eso no exime de que el respeto al rival exista.
El conjunto de Dani Vidal acude al Johan con ganas de conseguir su segundo triunfo de visitante de manera consecutiva. Hace dos semanas conquistó Lezama en una actuación en la que bordó ciertos aspectos del juego que esta tarde deberá volver a dominar si quiere salir con un botín de tres puntos del Johan. Orden y contundencia defensiva y pegada en el área rival.
El Bilbao Athletic fue un equipo que tuvo la pelota, dominó con ella y fue dinámico para llegar al área grana. Un estilo de juego que el Barça Atlètic también impone. Esa hoja de ruta la tiene interiorizada un Nàstic que ya conoce la receta para el éxito.
Sin ir más lejos, el año pasado se conquistó el Johan en una de las mejores actuaciones como visitantes de toda la temporada. El conjunto de Dani Vidal fue un equipo presionante, que dejó al Barça sin fluidez en la salida y que transitó con velocidad y calidad para golpearle. El 1-2 fue un resultado corto por lo visto sobre el terreno de juego porque los granas transmitieron una sensación de dominio en el Johan nunca vista en Tarragona. Una victoria, que por cierto, le dio la segunda plaza.
Probablemente, Dani Vidal tenga ese partido presente en su cabeza. Repetirlo sería ideal, pero no será sencillo. Enfrente habrá un rival con capacidad para desordenar y que si tiene el día es capaz de romper la presión por mucho orden e ímpetu que se ponga. No obstante, la propuesta estará al igual que lo estuvo en Lezama, pero allí hubo un filial rojiblanco que nunca se vio sometido por la presión grana y terminó virando el rumbo del plan tarraconense.
Dani Vidal cuenta con toda la plantilla a disposición. Algo que no ha sucedido en toda la temporada y que es una gran noticia porque la cantidad de recursos es tremenda. El técnico tarraconense podrá exprimir a sus jugadores de inicio, sabiendo que en el banquillo aguardan recambios de garantías. Ahora la duda es si jugará con un esquema de tres mediocentros (4-3-3) o de dos delanteros (4-4-2).
Ambos han sido dos sistemas empleados de inicio a lo largo del inicio del curso y que han dado buen rendimiento. En Lezama se salió con el 4-3-3 y en el Nou Estadi ante el Andorra se volvió al 4-4-2. Un arma de despiste total para el rival. En función del plan de partido, Vidal apostará por uno o por otro.
A la hora de analiza el rival, el Barça Atlètic, hay que tener en cuenta que no está viviendo su mejor inicio de curso. Su plantilla ha sufrido muchos cambios, empezando por el cuerpo técnico, y está pecando de juventud. Hay partidos que ha tenido ganados y que se le han escapado por no tener la experiencia para cerrarlos. Sin ir más lejos le sucedió en Urritxe en la pasada jornada. Iba ganando por 0-1 en el 87’ y vio como el Amorebieta le remontaba en apenas un minuto con dos goles en el tiempo de descuento. Dos golpes certeros para la línea de flotación de un filial azulgrana que espera en el Johan con la necesidad de ganar porque ocupa la 16ª plaza con solo 13 puntos en 14 jornadas. Números irrisorios para un equipo que históricamente siempre ha estado arriba desde la creación de la Primera RFEF. El Nàstic de Tarragona quiere hacer sangre en la mala dinámica culer.