A Javier Bonilla se le respeta igual en Soria que en Tarragona. También en Mallorca. Y allá donde haya estado. Es lo que tiene ser un futbolista que huye de comportamientos extravagantes. Le gusta el trato cercano y eso siempre le permite conectar de cerca con el aficionado y con todo lo que rodea a un club. Al ‘Cuco’, así se le conoce, se le coge cariño porque siempre dibuja una sonrisa. En las buenas y en las malas es de los que está y por ello en un vestuario siempre tiene un lugar especial.
En Tarragona, Bonilla está haciendo carrera. El Nàstic ya es un club especial y hablamos del futbolista que más años acumula en el equipo. Son ya cuatro temporadas seguidas las que ha vestido de grana y ha superado la barrera de los 100 partidos. Son palabras mayores para un jugador que ya ha dejado huella en el Nou Estadi Costa Daurada. Llegó con el objetivo de devolver al club grana a Segunda división tras el descenso y el año pasado se quedó a la orilla en Balaídos. Le puede quedar una última bala esta temporada, o no. El soriano termina contrato este próximo 30 de junio y a final de temporada se decidirá que va a suceder con su futuro. Mientras llega ese momento, Bonilla visita hoy la que considera su casa.
Los Pajaritos es el feudo del equipo que le vio crecer. El Numancia siempre ha ocupado un lugar especial en su corazón y no niega públicamente nunca que le gustaría regresar algún día. Lo dice con la naturalidad que merece el asunto porque nadie duda de que si hoy tiene minutos defenderá al Nàstic hasta donde haga falta pese a jugar contra el equipo de sus amores. Es lo que tiene una persona íntegra y un profesional absoluto, que sabes que no va a fallar.
La duda que se presenta es si el soriano va a disponer de minutos porque en las últimas semanas se ha caído de la rotación de Iñaki Alonso. Con Agné tenía un papel de revulsivo que con el técnico vasco se ha disipado. Le ha relegado al ostracismo y eso no es siempre plato de buen gusto. Son tiempos complicados para un jugador que siempre quiere jugar. En Tarragona nunca ha gozado de la etiqueta de titular indiscutible, pero nunca había gozado de tan pocos minutos como en esta fase de la temporada.
Sorprende porque la figura de Javi Bonilla siempre ha sido diferencial con su guante en la zurda. Probablemente esté en el top-3 de la categoría y su incidencia en el resultado suele ser constante. Es un futbolista de esos que cambian y desatascan partidos. Ha demostrado tener gol tanto en juego corrido como en estático. Por no hablar de que sus envíos a balón parado pueden ser sinónimos de peligro. Una arma que el conjunto grana siempre ha explotado y que sorprende que Iñaki Alonso apenas esté utilizando, Hay que recordar que el soriano fue el año pasado el máximo goleador del Nàstic junto a Dani Romera con siete tantos en su cuenta particular.
A Bonilla le conoce bien Iñaki Alonso, pero también su ayudante que ha venido de la mano. Fernando Alonso es también natal de Ágreda, por lo que es vecino de toda la vida de Javier Bonilla. Para el otro soriano del Nàstic también será un partido especial, ya que también estuvo en el Numancia y pasó por diferentes roles dentro del organigrama.
No son de allí, pero también tuvieron un bonito pasado en Soria las figuras de Andrei Lupu y Guillermo Fernández. El primero logró el año pasado el ascenso a Primera RFEF tras llegar en el mercado invernal y marcar nada más y nada menos que 9 goles, mientras que el delantero vasco jugó durante tres temporadas en Soria (2017-2018,2018-2018 y 2019-2020) en las que logró 16 goles. Por desgracia tuvo que vivir el amargo descenso de Segunda División en su último año de rojillo.
El Nàstic visita hoy Los Pajaritos con muchas armas del pasado del Numancia. Buscará sumar un triunfo balsámico que acerque al play-off.
