Barreiro da un triunfo en el último suspiro (Nàstic 2 Córdoba 1)

El Nàstic suma tres puntos claves para la salvación

19 mayo 2017 16:07 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:09
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Le faltaba un partido épico al Nàstic para poner punto final a la pesadilla en la que ha convivido durante toda la temporada. Una victoria de garra, de pundonor. De sacarse toda esa rabia contenida en un grito sostenido al cielo de Tarragona. Un rugido desgarrador que entonaron los más de 9.000 aficionados granas que llenaron el Nou Estadi en el minuto 94, cuando Barreiro empaló una pelota a media altura que rompió la red del Córdoba. El gol hacía efectiva una victoria agónica y deja las posiciones de descenso a tres puntos, con tres equipos de por medio.

La jornada había quedado propicia para poner tierra de por medio con el descenso. Mejor se puso aún cuando el Córdoba se quedó con diez jugadores y el 1-1 brillaba en el marcador. Pero hubo que tirar de insistencia, paciencia y algo de fortuna para resquebrajar el muro defensivo que había puesto el conjunto cordobés.

La ‘bronca’ a Emaná del viernes quedó en una mera advertencia, porque Merino no se atrevió a dejar al ‘crack’ camerunés en el banquillo. Fue solo un aviso. Un toque de atención para que no se descentre ni se deje ir como si todo estuviera hecho. El atacante es una parte importante del vestuario. Un espejo para los jugadores. Un tipo al que se le escucha por su carrera y sus dotes de liderazgo exhibidas en las dos temporadas (en dos etapas) que ha estado en Tarragona. Merino, que le conoce de su etapa en el Real Betis, sabe que le necesita, pero solo si está al 100%.

El delantero africano captó el mensaje. Ha puesto ganas y empeño en recuperar credibilidad ante el técnico, aunque no le han acabado de salir del todo bien las cosas.

Igual que en Zaragoza, el gol rival llegó antes del minuto diez de partido. Un tanto previsible porque el Córdoba ha salido con una marcha más al campo. Un punto de intensidad más que le ha dado para llevarse todos los duelos cuerpo a cuerpo y respaldaba la percepción de Juan Merino de un posible exceso de confianza en la plantilla.

Los grana no han conseguido hacerse con las riendas del partido en los compases iniciales del choque. El medio del campo se ha mostrado demasiado impreciso y trasladaba sus errores a la zaga. En defensa Suzuki estaba desconocido. En los ultimos partidos el japonés ha perdido la regularidad que le caracterizaba y ofrecía seguridad a la zaga. El regreso de Bruno Perone al once tampoco daba consistencia. De hecho, un mal despeje del brasileño acabó en pies de Pedro Rios que centró al corazón del área para la llegada de Rodri. El delantero le sacó ventaja suficiente a Suzuki para llegar y primero y rematar al fondo de la red. El tercer gol que le hace al Nàstic esta temporada. Le sobró la celebración. Algo desafiante con la grada.

El conjunto tarraconense estaba demasiado desordenado. Sin la claridad y contundencia del partido en La Romareda. Javi Lara ha hecho lucirse a Reina con un disparo raso al palo corto al que el meta malagueño ha respondido bien.

En el minuto 16, Pedro Ríos allanó el camino de la remontada tarraconense con una agresión absurda a Juan Delgado sin balón. El castigo para el Córdoba fue doble, ya que en el lanzamiento de falta posterior Bruno Perone empató el duelo con un cabezazo bombeado que se ‘come’ Razak.

Con superioridad numérica el cuadro local se ha apoderado de la posesión.

El balón ha circulado de lado a lado buscando llegar a la portería andaluza. Emaná ha dispuesto de una clara ocasión, pero su remate se ha marchado desviado.

Juan Merino modificó la mentalidad del equipo con una vuelta de tuerca a su sistema 3-5-2. Mantuvo la misma disposición pero le otorgó un aire más ofensivo con el cambio de Bouzón y Madinda por Jean Luc y Álex López.

Mossa pasó a ser central con Lobato y el marfileño de carrileros, con una aportación defensiva menor.

El sistema asumía el riesgo de perder presencia en el medio del campo. Menos elaboración y algo de peligro para tapar los contragolpes de Rodri, un Robinson Crusoe en el ataque andaluz. Luis Carrion había replegado a su equipo en busca de un punto de oxígeno en la mala dinámica como visitante.

El Nàstic rondaba por el área buscando huecos por donde hacer pasar el esférico. Lobato rompía más que Jean Luc, generando ocasiones que presagiaban el segundo gol tarraconense. Razak dejaba la pierna para impedir el tanto de Emaná en un remate del camerunés raso al palo corto.

Tejera y Cordero trenzaban en la mediapunta rascándose la cabeza para idear la jugada decisiva. Pero no salía.

El Córdoba resistía a base de pérdidas de tiempo que cortasen el ritmo. Rodri hizo todo lo posible por ver amarilla. Buscó la expulsión de los jugadores con desmayos inventados. Logró engañar al árbitro en un par de ocasiones. No más.

El acoso y derribo fue total contra Razak. El corazón se fue imponiendo a la cabeza. Los balones empezaron a llover del cielo sobre el área del Córdoba pero nadie lograba direccionarlo hacia la red. Jean Luc enganchó una volea excelente pero el meta maliense rozó la pelota para evitar el tanto.

 

Nàstic y Córdoba empatan a uno en un encuentro que ha comenzado de manera electrizante. En el 8', Pedro Ríos ha fabricado una jugada por la izquierda que ha terminado con un remate a bocajarro de Rodri ante el que Reina no ha podido hacer nada.

El partido se le ha puesto muy cuesta arriba al Nàstic por momentos, sin embargo, en dos minutos el encuentro ha sufrido una serie de acontecimientos de vital importancia. Pedro Ríos ha sido expulsado por roja directa y en la falta de la acción Perone ha puesto las tablas en el marcador. El Nàstic domina, pero tiene que andarse con cuidado con las contras que están lanzando los cordobeses.

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