El Mundial de Motociclismo volvía este fin de semana Philip Island tras dos años de parón por la pandemia. Como ya es habitual, las apariciones de la fauna salvaje marcaban el fin de semana con dos banderas rojas durante los entrenamientos por la aparición de ocas e incluso un Ualabí. Y tampoco podían faltar las famosas gaviotas que en alguna ocasión han causado problemas graves.
Sin embargo, los aficionados australianos solo tenían ojos para los pilotos, que volvían a hacer vibrar al circuito en todas las categorías. Uno de los que salían contentos del fin de semana era el ebrense Jeremy Alcoba, que marcaba unos grandes entrenos y se clasificaba 9º. Al apagarse el semáforo era Alonso López el que dejaba clara su superioridad.
Por detrás, Arbolino, Aldeguer, Fernández y Acosta luchaban por el segundo y tercer lugar. Desafortunadamente, de estos 4 pilotos solo sobrevivían dos. Arbolino y Fernández- que se juega el título con Ogura- acababan en el suelo. Por su parte el tarraconense Alcoba no cedía y se colocaba en el segundo grupo para luchar por la 4ª posición. Alonso López -que hay que recordar que entró a mitad de temporada para sustituir a Fenati- confirmaba que era el más fuerte y se colocaba a más de 3 segundos de Acosta, que a su vez le sacaba más 4 segundo a Dixon, que marchaba tercero. Finalmente, este era el pódium, con dos rookies en las dos primeras posiciones. Por su parte, Alcoba cruzaba meta en 6 posición, igualando su mejor resultado – ya lo logró en Las Américas y Portugal-.
Izan Guevara tenía este fin de semana la primera bola de partido que le permitía convertirse en Campeón del Mundo de Moto3. Sin embargo, dependía de que sus competidores -su compañero de equipo Sergio García Dols y Dennis Foggia- no tuviesen una gran actuación o quedasen por detrás de él.
Guevara, pese a jugarse mucho, no cedía ni una y dejaba claro que corría para ganar. A todo esto se sumaba los malos resultados de Foggia, que caía hasta la 14ª posición. En el ecuador de la carrera los contendientes a la victoria eran García Dols, Öncü, Sasaki y Guevara. En ese momento empezaba una guerra de rebufos en la que tras cada recta o frenada, la cabeza era para un piloto diferente. La última vuelta era de infarto. Guevara no se guardaba nada y soltaba frenos para abrir un pequeño hueco con el resto del grupo, una maniobra arriesgada que le valió la victoria y, lo más importante, el título de campeón. El pódium lo completaron Öncü y García Dols.
Bagnaia, nuevo líder
El circuito australiano de Philip Island ha vuelto al Mundial con mucha fuerza. Y es que los aficionados a la categoría reina pudieron disfrutar el domingo de una de las carreras más ajustadas de los últimos tiempos.
A apenas cinco vueltas para el final el grupo de cabeza estaba formado por nada más y nada menos que 10 pilotos, una característica más propia de las categorías pequeñas pero que hizo que la carrera mantuviese la emoción hasta el final. Tras apagarse el semáforo rojo, Jorge Martín y Marc Márquez se colocaban primero y segundo. Por detrás Bagnaia ocupaba la 3 posición, Aleix Espargaró la cuarta y un arriesgado Fabio Quartararo remontaba hasta el 5 lugar.
Sin embargo, la alegría no le duraba mucho al francés que se iba largo en una curva y se veía relegado a la cola de carrera. Una presión que fue quizá la causante de su caída cuando quedaban 17 vueltas. Por su parte, el local Miller apretaba y contactaba con el grupo cabecero y se colocaba en posición de pódium, aunque un error de Álex Márquez hacía que acabase rodando por la grava y sin puntuar en su Gran Premio de casa. De todo este caos, el piloto que más ventaja sacaba era Álex Rins que marcaba vuelta rápida giro tras giro y contactaba con los líderes. Tanto es así que a 14 para el final empezaba una lucha encarnizada con Márquez y Bagnaia por encabezar la carrera. Finalmente, en la última vuelta era el de Suzuki el que lograba mantener ese puesto y cruzar meta primero. El segundo lugar era para Marc Márquez y el tercero para Francesco Bagnaia, que con este pódium y el cero de Quartararo se coloca líder del Mundial cuando solo quedan dos carreras.
