Margaryta Pesotska (Kiev, 1991) es el fichaje estrella de esta temporada del Miró Ganxets Costa Daurada de Reus, equipo de la Superdivisión femenina de tenis de mesa. Esta jugadora ucraniana, actual número 87 del ránking mundial y cuatro veces olímpica, se ha mostrado intratable hasta ahora, con cinco victorias en los cinco partidos que ha disputado. En cada encuentro trata de aislarse, aunque sea solo por unas horas, del conflicto bélico que azota a su país debido a los ataques rusos. Los vive en primera persona ya que tanto ella como su familia residen en Kiev.
¿Cómo se gestó su llegada?
Me contactó el presidente del club, Joan Carles Virgili. Llegamos a un buen acuerdo para esta temporada. No conocía directamente al club, pero jugué hace dos temporadas en Irún y por eso sabía del enorme nivel que tiene la Liga española.
¿Como valora su experiencia hasta ahora?
Me gusta la ciudad, el ambiente y las compañeras que tengo en el equipo. De momento todo va bien, y espero que siga así.
¿Ve al equipo con potencial suficiente para pelear por algún título esta temporada?
Hay equipos muy potentes en España, como el UCAM Cartagena, con jugadoras de enorme potencial como Maria Xiao. Es difícil de prever ahora mismo dónde estaremos al final de temporada. Tenemos un buen equipo y somos competitivas, por supuesto. Pero todo dependerá también de si podemos disponer de todas nuestras jugadoras en cada jornada, incluyendo a Takara Murakami y Paulina Vega.
Con las Ganxets ha ganado los cinco partidos de Superdivisión que ha jugado hasta ahora. En cambio el reciente Europeo no le fue muy bien...
Me tocó una rival que no se adapta nada bien a mi juego por su estilo, muy cerrado, en contraposición al mío que es muy abierto. No me dejaba entrar al partido y ganar confianza. La primera vez que jugué contra ella, hace ya algún tiempo, me fue mejor.
Esta última temporada disputó también los Juegos Olímpicos de París...
De los Juegos sí me siento satisfecha. Pasé la primera ronda ante la tailandesa Orawan Paranang, una jugadora muy fuerte y con buen ránking. Luego me tocó la suiza Rachel Moret (campeona de Europa), perdí pero no jugué mal. La sola clasificación para los Juegos Olímpicos ya fue todo un éxito para mí, porque la temporada pasada hubo un cambio de ránking y bajé mucho. Tuve que disputar diez partidos para clasificarme, ademas de las Ligas y otros torneos que jugaba. Fue una campaña durísima, pero cumplí con mis objetivos.
¿Cómo está viviendo el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia?
Es muy duro competir mientras bombardean tu ciudad. En Kiev los vivimos a diario. Resido allí junto a mi familia cuando no estoy compitiendo ni viajando. Escuchamos cada noche misiles, drones, disparos... En nuestro apartamento mi hijo pequeño duerme en el pasillo, por si explotaran los cristales de las ventanas de la habitación durante algún ataque. No tenemos luz, ni calefacción, ni podemos cocinar... Rusia está atacando los sistemas eléctricos. Los supermercados funcionan con generadores para poder mantener la carne fresca. Y el peligro en la calle es constante. Es muy duro vivir así.
¿Y no se ha planteado cambiar de residencia?
La temporada pasada, por ejemplo, pasé algunos meses seguidos en Polonia con mi hijo, aprovechando varias competiciones consecutivas allí. Pero mi marido no puede abandonar Ucrania. Me lo planteo, pero es complicado irse y mantener a la familia.
¿Le afecta como deportista profesional?
Ahora por ejemplo no puedo volar directamente desde Kiev hasta España, porque el aeropuerto está inoperativo. Debo desplazarme hasta otro aeropuerto y quizás son dos días de viaje; cada vez es más complicado. Es una situación muy estresante. Mentalmente es muy duro soportarlo y físicamente también, porque apenas puedo entrenar; pero debo seguir compitiendo. Dentro de la desgracia tengo la suerte que Kiev es de las ciudades más protegidas de Ucrania. Tengo una compañera que vive en una ciudad donde las cosas están aún peor.
¿Cómo cree que acabará todo esto?
No sabemos si acabará, y si acaba tampoco sabemos cuándo (respira hondo mientras contesta). No veo una solución próxima. Ahora mismo hay muchísimas guerras en todo el planeta.