«Para nosotros es importante que si una pareja de extranjeros nos visita, pueda saborear unos tomates del tiempo y de la zona, vivir una experiencia en un lugar característico del territorio o degustar una copa de vino con identidad local», confiesa Berna Ríos, uno de los padres e ideólogos de Santa Teca, el evento que cumple 15 años y que ha cautivado al público gracias a su singularidad.
Santa Teca se arropa en la cultura como medio de desarrollo personal y social; enriquece, nutre y alimenta. Defiende que alimentarse es una acción política de defensa del territorio. «El ejercicio en defensa del comercio local debería convertirse en propio de cualquiera de nosotros desde la escuela; lo mismo que alimentarse bien y con conciencia», refleja el manifiesto que la organización ha publicado en sus redes sociales.
El nombre de Santa Teca surge, en origen, de las primeras acciones que la marca realizó en 2010, concretamente en las fiestas de Santa Tecla de Tarragona. Desde entonces ha caminado con la libertad que le otorgan las personas que han ideado la propuesta. «Somos una asociación sin ánimo de lucro y eso, para bien o para mal, nos da libertad para diseñar actividades a nuestro gusto y cuando nos apetece. Tenemos que compaginar nuestros trabajos con esto», confirma el mismo Ríos, justo a las puertas de una nueva propuesta. Se ha anunciado para el 7 de septiembre la Cartusia, una fiesta que pone en valor la variedad vitivinícola autóctona del cartoixà, también conocida como xarel·lo. Se erige como protagonista el vino cartoixà ecológico, de la mano de varias bodegas. Se trata de un maridaje con gastronomía ecológica de proximidad y de cultura. Tendrá lugar en La Nou del Gaià.
Y es que los valores que distinguen a Santa Teca se relacionan con la defensa absoluta del consumo de producto local, de temporada, ecológico y sin ningún tipo de proceso o manipulación industrial a gran escala.
Reivindica la soberanía alimentaria. Las acciones personales, por pequeñas que sean, benefician al aprendizaje individual y al desarrollo social del entorno. Santa Teca provoca que su público disfrute y, a su vez, se convierta en altavoz del territorio.
El Cantaperdius
El pasado 28 de julio se celebró una de las últimas acciones del certamen, el Cantaperdius, en la partida del Fornàs, en La Nou del Gaià. Una experiencia entre viñas y con un concierto musical a cargo de The Bird Yellow encima de un remolque de tractor. El público, además, gozó de buena gastronomía y brindó con una copa de vino. «Una familia de alemanes vivió este concierto por error, ya que se dirigían a otra ubicación y les falló el navegador. Disfrutaron tanto que nos dijeron que iban a repetir», recuerda Berna Ríos.
Además del ciclo Cantaperdius, se han transformado en habituales las iniciativas en el Castell d’Escornalbou, un marco incomparable que también provoca la admiración de los asistentes. En Santa Teca, además de la música y la gastronomía, caben todos los registros del arte. Se realizan pequeñas obras de teatro, se leen versos en plena puesta de sol o incluso se llevan a cabo trucos de magia y circo.
En este sentido, el Castell d’Escornalbou albergó, en julio, un espacio para la artesanía, para plantas medicinales y vinos. Todo en un paisaje idílico. Santa Teca ha apostado además por talleres creativos para completar una oferta amplia, ya consolidada con la experiencia que avalan los años de trayectoria. Ha fidelizado al público.