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Laia Capdevila, oncóloga: «El miedo anticipatorio interfiere en la detección precoz del cáncer»

La especialista urge buscar soluciones a la inserción laboral de los pacientes que han superado la enfermedad. También hace hincapié en los programas de cribado para mejorar la supervivencia

07 febrero 2024 08:05 | Actualizado a 07 febrero 2024 11:36
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El pasado domingo, 4 de febrero, se celebró el Día Mundial del Cáncer. Coincidiendo con la fecha, la jefa de Oncología Médica de la Xarxa Santa Tecla, la Dra. Laia Capdevila, repasa los últimos avances en la curación de la enfermedad, así como los retos pendientes a nivel social en la atención al paciente.

Teniendo en cuenta que tanto la incidencia como la supervivencia del cáncer van en aumento, ¿cuáles son a día de hoy los grandes retos?

En el ámbito oncológico aumentar la supervivencia, es decir, que los pacientes vivan más años con una calidad de vida aceptable es el principal reto. Esto es posible gracias a los avances farmacológicos, pero hay pacientes que desarrollan resistencia a los tratamientos, por lo que es importante investigar las causas. Otro de los retos es en el ámbito diagnóstico, es decir, cuanto más precoz sea el diagnóstico mejor, porque así también aumenta la supervivencia. Por ello, es importante facilitar el acceso a los pacientes al sistema sanitario y velar por la equidad.

¿Qué necesidades sociales todavía no tienen cubiertas los pacientes oncológicos?

Es necesaria una mayor red de apoyo en el ámbito social. Las dificultades socio económicas que viven muchos pacientes y sus familias dificulta el cumplimento del tratamiento. Después, es muy importante facilitar la inserción laboral porque muchas veces la etiqueta de haber tenido un cáncer condiciona su vida laboral. Necesitamos erradicar los estigmas, quien más quien menos tiene algún conocido o familiar cercano que ha pasado por esta situación y hay que normalizar la enfermedad.

Todavía se asocia cáncer con muerte.

Sí. En el pasado, el cáncer era un tema tabú y a nivel social muchas veces utilizamos la palabra con connotaciones negativas. Aunque la muerte de alguien cercano por cáncer sea una experiencia traumática, también deberíamos acordarnos de todas las personas que han superado la enfermedad.

Si bien existen programas de detección precoz, como el de cáncer de mama y el de cáncer colorrectal, todavía hay un porcentaje de la población reticente.

La concienciación es muy importante. Hay muchas personas que tienen miedo a que le encuentren ‘algo’, por lo que evitan acudir al médico. Un miedo anticipatorio hace que nos bloqueemos al acceso a los programas de cribado. De lo contrario, son la mejor herramienta porque nos proporcionan un diagnóstico precoz y, pese a que deberemos hacer un tratamiento oncológico, nuestra probabilidad de curación será mayor.

Cuanto más precoz sea el diagnóstico mejor, así también aumenta la supervivencia

Por contrapartida, hay ciertos tumores que no dan la cara hasta que la enfermedad está muy avanzada.

Sí. La forma de presentación de los tumores puede ser derivada del propio órgano afectado (un bulto en el pecho, sangre en la orina, una alteración en el ritmo intestinal...) o bien por síntomas secundarios a los órganos afectos. Por ello, es importante no demorar la consulta al médico cuando detectamos que algo no está bien. Es mejor consultar y que no sea nada que llegar tarde.

En cuanto a la prevención, es muy importante el estilo de vida que llevemos. ¿Por qué cuesta tanto adoptar un cambio?

En el día a día estamos subidos en un tren que va a toda velocidad, y no pensamos en ello. Por eso, es fundamental adoptar estos hábitos desde la primera infancia y en la adolescencia. Al final, invertir en prevención es invertir en salud.

Siempre se ha dicho que no hay dos tumores iguales. ¿Cómo han evolucionado los tratamientos?

Exacto. El desarrollo en el conocimiento de la biología tumoral ha permitido subclasificar los tumores y poder ofrecer un tratamiento más personalizado para cada paciente. La introducción de la inmunoterapia en el tratamiento oncológico ha sido uno de los avances más destacables de los últimos años. La inmunoterapia inhibe las señales de evasión que tienen las células tumorales para escapar del sistema inmune, es cómo si potenciáramos el sistema inmune para que esté más activo frente los tumores. Este avance ha cambiado el paradigma oncológico. Si bien, ahora se están centrando los esfuerzos en investigar los mecanismos de resistencia a la inmunoterapia. Otras innovaciones han sido la utilización de fármacos dirigidos a proteínas y genes específicos, y la introducción de los anticuerpos conjugados que combinan anticuerpos y quimioterapia lo que permite utilizar dosis muy bajas de quimioterapia unidas a un anticuerpo que solo se dirigen a las células cancerosas. Estos avances han permitido mejorar la supervivencia y evitar efectos secundarios.

Todo ello para transmitir un mensaje de la esperanza.

Totalmente. Aunque hay casos en los que la enfermedad va más rápida que nosotros y no llegamos a tiempo, todos los avances en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad han contribuido en aumentar el número de pacientes curados y en los que haber padecido un tumor es un antecedente.

El miedo a la recaída sigue siempre ahí.

Es lo más difícil de gestionar a nivel emocional. Cuando un paciente acude a un control, se le remueve todo, pero después cuando recibe buenas noticias se va contento. El miedo a la recaída es inevitable y además debemos tener presente esta posibilidad porque si logr amos detectarla de manera precoz la probabilidad de curación será más elevada.

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