Estrés y ansiedad, dificultades para concentrarse, alteraciones del sueño e impacto en la calidad de vida, tanto a nivel emocional como profesional. Detrás de todos estos síntomas se ‘esconde’ el tinnitus -también conocido como acúfeno-, un problema de salud auditiva que afecta entre el 8% y el 10% de los españoles, y que consiste en la percepción de un sonido en ausencia de estimulación sonora, es decir, unos pitidos prolongados que algunas personas escuchan en sus oídos, pero que no provienen del exterior.
Este síntoma, que puede presentarse de forma intermitente o constante, no solo genera molestias físicas, sino que también puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y, en muchos casos, en el desempeño laboral de quienes lo padecen. Este es el caso de Francisco Mejías, un conductor de autobús de Tarragona.
«Escucho un sonido agudo y metálico dentro de mi cabeza las 24 horas del día; como el de una radial de cortar hierro o como el sonido que emiten las ruedas de un tren sobre la vía», asegura.
Así, Mejías lleva diez años. «Empezó como un zumbido ocasional, al que no le di mucha importancia. Pero con el tiempo se volvió constante y más fuerte a raíz de una neuralgia del trigémino, que es el principal nervio sensitivo de la cara. Por aquel entonces, y después de varios tratamientos, la inflamación del nervio mejoró, pero el tinnitus aumento de decibelios», rememora él mismo.
Dificultades para trabajar
En consecuencia, aunque actualmente Francisco Mejías está de baja laboral, en el tiempo que trabaja asegura que «el silencio es un lujo que no puedo permitirme; no solo el ruido constante del motor y la carrocería, sino las vibraciones y el estrés continuo; esto hace que el zumbido suba hasta bloquearme por completo y tener que detener el vehículo para que me vengan a relevar por la imposibilidad de concentrarme».
Ante esta situación, él mismo asegura que «en varias ocasiones, he expuesto a la empresa mi situación, tanto por escrito a nivel particular como a través del comité, y he solicitado la reubicación como se ha hecho con otros compañeros con problemas de salud; pero hasta el momento, no he recibido una respuesta a dicha petición, lo que resulta frustrante y desalentador».
Alteración del sueño
Fuera del trabajo, Francisco Mejías asegura que «siempre llevo unos tapones en el bolsillo, que debo usar dependiendo de donde vaya, como por ejemplo un restaurante concurrido o lugares bulliciosos. Si pasa cerca una ambulancia o un tren, rápidamente me tengo que tapar los oídos con los dedos, porque esos sonidos vibran en mi cabeza y el volumen del tinnitus sube; y si por lo que sea no me da tiempo a reaccionar, esa subida del pitido agudo no se reajusta hasta pasados tres días. Esto solo lo sabe el que lo padece».
Por otro lado, aunque durante los primeros años Francisco Mejías podía conciliar el sueño, con el paso del tiempo la enfermedad ha empeorado y, asegura, «es imposible dormir si no es con la ayuda de la medicación. El sonido es tan fuerte que en el silencio de la habitación notas, además del ruido, una vibración en esa zona del cerebro, en mi caso es el izquierdo».
«No hay solución»
Entonces, él mismo rememora que «después de infinidad de tratamientos, visitando a los mejores especialistas y probando también con medicinas alternativas, los especialistas coinciden en que no hay solución; este síntoma o enfermedad es la oveja negra de la otorrinolaringología».
Dada su experiencia, a quienes están sufriendo como él, Francisco Mejías les recomienda «centrarse en el control mental y la meditación para intentar aislar ese ruido y desviar la atención, lo que requiere de un gran entrenamiento. A mí, después de haber probado de todo, lo que mejor me funciona es practicar yoga, ya que es una buena manera de entrenar la mente para lograr aislarme del maldito ruido, al menos durante el tiempo que dura la clase. Así consigo relajar el sistema nervioso central o activar el sistema nervioso parasimpático mediante la respiración. Ante todo, siempre hay que mantener la calma».
Por todo ello, concluye que «aunque el tinnitus en sí no te mata, sí que puede desencadenar trastornos psicológicos, por lo que, ante todo, siempre hay que buscar otras opciones y la ayuda necesaria para mantener la calma».