Cuando Catherine Day llega a un remoto pueblo pesquero de Canadá en busca de su madre biológica, las redes de un pescador recogen el cadáver de Marie Garant, una marinera nómada y escurridiza, una belleza salvaje que antaño rompió el corazón de muchos hombres. Este es el arranque del noir Éramos la sal del mar, de la canadiense Roxanne Bouchard (Principal Noir), ambientado en Quebec. Premio de los lectores Quais du Polar.
¿Las comunidades de pescadores continúan siendo un microcosmos?
Quebec es un territorio enorme. Y entre Montreal y una de estas comunidades puede haber, por lo menos, diez horas en coche. No tenemos una buena red ferroviaria en la región y Gaspesia, que es la península donde transcurre la novela, está muy alejada, plagada principalmente de comunidades de pescadores, aunque actualmente hay otros perfiles debido al teletrabajo, pero es una zona que está bastante alejada de las preocupaciones de la capital y viceversa. Y así, cuando se aprueban las leyes, por ejemplo, sobre la vida de los pescadores en la ciudad no se llega a oír hasta muchísimo tiempo después en las zonas costeras. Pero imagino que es como aquí.
Los turistas no parecen ser muy bienvenidos en la novela.
Los turistas son más que bienvenidos. De hecho, es una zona con infraestructuras para la acogida de turistas. Se puede hacer avistamiento de ballenas, también senderismo por los Apalaches, que es la cadena montañosa que atraviesa Gaspesia. De hecho, en los Apalaches hay caribúes, por lo que es una región muy atractiva para el turismo, que desempeña un papel muy importante. Ahora bien, hay que elegir la temporada en la que se va porque en invierno hay nieve y hace bastante frío. Sin embargo, cabe subrayar que lo más interesante es ir a los muelles de pescadores y hablar con los marineros que hay allí.
¿Cuál es el papel de las mujeres en este contexto?
Digamos que las mujeres en este tipo de contextos tan marítimos, en el pasado, no eran muy bienvenidas, pero ni en Quebec ni en Europa. Se decía que las mujeres traían mal fario en un barco. Entonces, no solían encontrarse en este tipo de profesiones, pero poco a poco han ido ganando presencia en los oficios del mar y se han ido ganando su puesto allí. Es verdad que se dice, y aparece en la novela, que los hombres suelen intentar imponerse sobre las mujeres en este sector, pero también los hombres entre los hombres, porque la competencia no es muy aceptada en el sector del mar. Es decir, esos conflictos no solamente se dan entre mujeres y hombres, sino también entre los hombres entre sí. En mi novela el personaje de Marie Garant es un reflejo de todo esto, es una mujer fuerte que se lanza al mar, que tiene su propio barco. Y resulta muy atractiva e inspira ensoñación en los hombres de la zona, precisamente por eso, porque la ven fuerte y autónoma en un mundo tradicionalmente de hombres. Y yo, en el tiempo que he estado como tripulación, cuando he hecho vela, lo he visto. Me he encontrado que en la tripulación ha habido siempre bastante hombre machista, por así decirlo, pero al mismo tiempo, que despertaba admiración entre los hombres por el hecho de estar haciendo ese trabajo.
¿Qué une a Catherine y Morales?
Ambos sienten la llamada del mar, igual que los marineros. Tanto Catherine como Morales sienten lo mismo, pero lo externalizan de manera distinta, por así decirlo. Catherine se siente perdida y va en busca de su destino, en busca de una razón de ser que en un primer momento quería encontrar en su madre, pero que acaba encontrando en el mar. Como su madre fallece, al final, para ella, su destino acaba siendo la vela y el mar, que había sido la llamada que había sentido su madre. En el caso de Morales, lo que encuentra con ayuda del mar es la pasión, el amor, el deseo, el anhelo de juventud. Él siente esa llamada del mar que le trastoca un poco la vida, pero que se traduce en una pasión carnal. Pero ambos buscan en el mar ese horizonte interminable.
¿Considera que la verdad es inestable como se dice en la novela?
Yo diría que sí. Tenemos por un lado lo escurridizo del misterio. Tenemos un misterio que hay que resolver, hay una investigación y la gente del pueblo no quiere decir quién ha sido el culpable, todo el mundo tiene algo que ocultar o al menos lo parece. Pero a grandes rasgos, la verdad en sí está en constante cambio. Es el caso de Morales, quien aparece en el pueblo siendo una persona muy segura de sí misma. Muy seguro de quién es él, de qué vida tiene, de su mujer, de que la quiere, de que va a volver a casa. Tiene una vida muy estable. En cambio, en el momento en el que se enfrenta al mar, a los pescadores, a Catherine, de repente esa verdad se le desmorona. Deja de entender quién es, es un hombre de 50 años que creía ser fiel, pero que ahora tiene un deseo por otra persona y digamos que esa verdad pues se cambia, se le desmorona, lo que hasta entonces había sido cierto ahora deja de serlo.
Es muy difícil, casi imposible, llegar a los secretos en una comunidad tan hermética.
Los secretos pertenecen a la comunidad. Por ejemplo, en un grupo de amigos, cuando nos contamos los secretos sabemos que no podemos compartirlos con nadie que no pertenezca al grupo. Lo mismo ocurre con el pueblo. Tiene sus secretos y no pueden salir de lo que son las fronteras de esta comunidad. Morales precisamente, cuando llega al pueblo se da cuenta de que no tiene acceso a ellos, no tiene acceso a esa información y nadie la quiere compartir con él. Y no porque sea mexicano, ni de Montreal, ni nada por el estilo, sino porque no pertenece a esa comunidad marcada por el mar, por la nostalgia. Cuando conoce a un viejo pescador, que es quien lo empuja a darse cuenta de cómo es él como hombre, a partir de ahí lo empiezan a acoger en la comunidad y entonces es cuando empieza a tener acceso a esos secretos propios de la comunidad. Siempre hay una especie de prueba de fuego que uno ha de superar para que se le considere parte de una hermandad, de una comunidad y, por tanto, poder acceder a los secretos compartidos dentro de ella.
¿Es habitual embalsamar los cadáveres?
Cada vez es menos frecuente el embalsamamiento y es más frecuente la incineración. Ahora más o menos el 80% de los cadáveres en Quebec se incineran. Todo esto lo sé porque cuando estuve investigando para redactar esta novela, busqué un embalsamador o a algún especialista en tanatopraxia para hacerle preguntas porque claro, tenemos el personaje de Marie Garant que muere, aparece su cuerpo, le hacen una autopsia, la entierran a petición de su hija, luego la desentierran. Y fue muy curioso porque a este embalsamador yo le hice todas mis preguntas sobre cadáveres y de repente él me empezó a preguntar acerca de cómo escribir una novela y 13 años más tarde esta persona sigue siendo mi pareja porque nos enamoramos el uno del otro. No sé cómo de frecuente es el embalsamamiento pero puedo decir que los embalsamadores son los hombres más seductores de Quebec.