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Porrera hace fortuna con la ‘Paraula!’ y la riqueza de la poesía

El Festival Terrer Priorat celebró ayer el recital en Cal Porrerà, protagonizado por Mireia Calafell, Maria Climent, Anna Gual, Conxita Jiménez y Raquel Santanera

21 octubre 2024 10:03 | Actualizado a 21 octubre 2024 10:45
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En la intimidad de Cal Porrerà, el Festival Terrer Priorat llenó de poesía la casa rural de 1803. Un clamor a través de la Paraula! de Mireia Calafell, Maria Climent, Anna Gual, Conxita Jiménez y Raquel Santanera.

Estrenó el turno de palabra la poeta de les Terres de l’Ebre Conxita Jiménez, con una selección de versos «en defensa de la tierra y la naturaleza», de su libro Terres i vents. Con sus palabras trazó el camino de los devastadores efectos, en la flora y la fauna, que causa un incendio forestal. Un panorama poético con un trasfondo espiritual: «Todo aquello que está enjuto y reseco al más mínimo soplo de viento se enciende y arde; mientras que aquello que está empapado y es suave, rebrota de vida».

$!La poetisa Conxita Jiménez. FOTO: MARC BOSCH

También rindió un homenaje a la capacidad de persistir de la variedad de olivo Farga, en la que se inspira el poemario El bres de les fargues. «La Farga forma parte de un patrimonio vivo e inmaterial como son los olivos monumentales. El poemario es el clamor de la tierra, testimonio de quienes arrancan estos olivos para especular con ellos, dejando un agujero».

Valiéndose de la poesía, y para plantar cara a la sequía, Conxita Jiménez invocó la lluvia: «La terra seca sent un dolor resclosit i cerca la frescor que nodreixi el seu cim», recitó la poetisa. Unos versos que alimentaron el espíritu del público, sediento de poesía.

Recitando el poema Ales de Jacint Verdaguer, Raquel Santanera hecho a volar sus poemas entre las paredes de Cal Porrerà. De su poemario, Reina de rates. Crònica d’una época la rapsoda escogió Despossessió que no vol dir deixar de ser, «una queja sobre los límites, que no son los físicos, sino de los que escondemos tras la coraza que todos tenemos».

$!Desde Manlleu, participó en el recital la poetisa Raquel Santanera. FOTO: MARC BOSCH

Para volver a tocar con los pies en el suelo, Santanera se valió del poema Porcellana para clamar contra «el precio de la vivienda de alquiler y los desahucios».

Ante el público, la rapsoda se confesó admiradora de Jacint Verdaguer y Joan Maragall. «Pero esto no significa que siempre esté de acuerdo con ellos, por lo que a veces me entran ganas de responderles», advirtió. Lejos de reprimirse, sorprendió a los asistentes con su versión personal de Dimecres de Cendra: «Fes que em posin més cendra a sota de la llengua per tapar el color rosat de les galtes i dels llavis que ja no vull donar. Jo que me’ls tenyeixo amb la saba dels marcats de dolor i la penitència de qui no es deixa penetrar. Si soc verge de la sang tendre oferiré quan vulgui el meu ventre. Només parint més pols faré de la mort una percussi lenta».

Un cambio de registro aportó la escritora ampostina Maria Climent, de quien sí misma dijo: «Yo no escribo poemas, escribo novelas, no demasiadas, de momento dos, y textos para revistas digitales». Sea como fuere, las palabras de la autora, a través de Prop de casa, resonaron un canto a la vida en medio de la incertidumbre del confinamiento: «Vaig pensar llavors com la terra segueix el seu curs. La primavera segueix al marge nostre [...] Els ametllers es vestiran de boda igualment sense que ningú els retrati [...] Pot ser quan passi la pandèmia el món serà més gran, vull dir més globalitzat i l’arròs serà del Delta i no del Vietnam; i el vi serà de la terra i les taronges d’Alcanar; i la gent anirà de vacances al Priorat o la Ràpita i no a Nova York o de creuer. Ves a saber si cadascú haurà après a ser feliç amb allò que té més a mà».

$!Porrera hace fortuna con la ‘Paraula!’ y la riqueza de la poesía

La escritora ampostina Maria Climent. FOTO: S.F.

Bajo el título Els emigrants del meu poble, Climent rememoró Amposta y la Festa del Mercat porque «una de les coses que passen als pobles (o ciutats menudes com la meua) és que hi ha (molta) gent que marxa (a estudiar, a treballar i en conseqüència) a viure a fora i que només torna al poble per festes de guardar».

Unas palabras que dieron paso a un llamamiento a la riqueza del Delta de l’Ebre porque «el meu racó preferit del món és un racó de Catalunya, l’extrem sud en concret. Aquí, a la voreta d’un riu amplíssim he nascut i m’he criat i he après a parlar». Unos orígenes que le han dado el don de la palabra.

Y con la misma facilidad, Mireia Calafell dejó poso con Verema del poemario Tantes mudes: «Sota aquest sol espès de mitja tarda espera el raïm el rescat de la verema abans la maduresa no sigui excessiva, faci malbé el gotim i llavors el taqui». La poeta confía en las palabras y las pone en su lugar en cada una de sus publicaciones. La última, Si una emergencia es un final y un comienzo: «El poemario juega con los dos sentidos de la palabra, en tanto que puede ser una amenaza y un final, pero también podría ser una oportunidad», dijo.

$!Mireia Calafell con uno de sus poemarios en las manos. FOTO: MARC BOSCH

Arraigada al mundo vitivinícola, como era de esperar Anna Gual ha hecho realidad el deseo familiar de escribir un poema sobre la viña. Aunque, «tardé ocho libros en escribirlo», confesó. Como el buen vino, los versos también mejoran con el tiempo. «Qui traduirà els versos del meu territori? Qui desxifrarà les paraules incrustades als terrossos?», lamentan una azada y un remolque después de la vendimia.

$!Anna Gual es de Vilafranca del Penedès. FOTO: M. BOSCH

De la misma manera que un viaje, la poesía está repleta de anécdotas, como la que inspiró los versos de La designació, de su último poemario Les ocultacions: «Estábamos en los Pirineos y nuestra hija estuvo a punto de caer por un barranco. Una romaguera la salvó, así que se merecía un poema», explicó la poetisa, para quien «en función de donde estás te interpelan unos poemas u otros».

Una experiencia vital que junto a los vinos de la bodega Trosset de Porrera -que maridaron el recital- sirvieron para brindar por la filosofía del Festival Terrer Priorat y que, en palabras del director Blai Rosés, «expresa la identidad del lugar y las particularidades del entorno, desde la elegancia y la profundidad». En esta ocasión, desde la Paraula!.

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