Ola de calor, decálogo para estar preparado en verano

«El exceso de calor puede suponer un peligro para la salud y agraviar una enfermedad crónica o provocar deshidratación y agotamiento. Si la exposición a temperaturas muy altas se prolonga, la temperatura del cuerpo puede elevarse hasta niveles peligrosos y se puede sufrir un golpe de calor, un trastorno con consecuencias potencialmente muy graves que requiere atención médica inmediata». Aunque el termómetro nos haya dado un respiro en los últimos días, esta sigue siendo la advertencia que hace el Departament de Salut ante el calor extremo que en verano no da tregua. Por ello, la prevención es primordial para esquivar los temidos golpes de calor y para ello la coordinadora de Enfermería del CAP Llevant de Tarragona -centro que forma parte de la Xarxa Santa Tecla- Eva Pagès, recomienda prestar atención a los siguientes consejos:

Población de riesgo

Las personas mayores de 75 años, que son pacientes de mayor fragilidad, y los niños y niñas menores de cuatro años deben extremar todas las precauciones: «No deben exponerse a temperaturas elevadas, deben evitar salir a la calle a las horas de mayor calor y utilizar siempre factores y elementos de protección solar, además de evitar contrastes bruscos de temperatura», indica la especialista. Asimismo, hace un llamamiento a prestar especial atención «a la población vulnerable o la que cumple criterios de fragilidad, así como las personas que estén incluidas en programas de Atención Domiciliaria, pacientes crónicos complejos, pacientes con enfermedades crónicas avanzadas o personas en riesgo de exclusión social y que vive solas».

Hidratación constante

Beber suficiente agua es fundamental para mantenernos hidratados, aunque no tengamos sed. «A la hora de hidratarnos debemos beber pequeñas cantidades de agua y de manera frecuente; aunque también dependerá de la sudoración, se recomienda beber mínimo un litro y medio o dos de agua al día», explica Eva Pagès. Si bien, añade, «hay que tener en cuenta que con el calor extremo la sudoración es mayor y el cuerpo pierde más agua». Por último, la especialista recalca que «la hidratación no debe ser a base de zumos, ni bebidas isotónicas ni con gas». Asimismo, la calor excesiva también puede provocar deshidratación: «La persona presentará síntomas como sed excesiva, orinar menos de lo habitual, fatiga, mareo, confusión, dolor de cabeza, sequedad de boca, cansancio, dificultad de concentración, intolerancia al calor, aumento de la temperatura corporal, taquicardia y rampas», según advierte el Departament de Salut.

Evita la actividad física

El exceso de sudoración puede provocar que nos deshidratemos más rápido. Por ello, Eva Pagès recomienda «evitar realizar la actividad física durante las horas fuertes de sol, es decir, debe practicarse o a primera hora de la mañana o al atardecer cuanto las temperaturas no son tan elevadas». A todo ello hay que añadir que «es mejor no llevar a cabo una actividad intensa».

Horas de mayor calor

«Debemos evitar salir de casa y exponernos al sol entre las 13 y las 18 horas. Pero si resulta imprescindible, caminaremos por lugares donde haya sombra e intentaremos no estar durante mucho tiempo expuestos al sol de manera directa», explica la coordinadora de Enfermería del CAP Llevant de Tarragona.

Alimentación

Debemos aumentar el consumo de alimentos ricos en agua. Esto significa incluir más frutas y verduras en tu dieta. «Son los alimentos que tienen un mayor aporte de agua, y sobre todo debemos optar por frutas y verduras de temporada, que de por sí son las que tienen una mayor cantidad de agua y nos ayudarán a recuperar las vitaminas y los minerales que perdemos a través de la sudoración», explica Eva Pagès. Asimismo, también hay que tener en cuenta la digestión y en consecuencia «debemos evitar comidas copiosas, es decir, prescindir de alimentos ricos en grasas, fritos o con un alto contenido en azúcar», añade.

Cómo vestir

Utiliza ropa transpirable y ligera. Es importante no utilizar ropa de tejidos que favorecen la sudoración. «Especialmente los niños y las niñas deben utilizar gorra para protegerse del sol; y la población en general vestir prendas fabricadas con fibras naturales porque serán tejidos más frescos», detalla la especialista.

Protección solar

«En la playa y la piscina, para los niños y niñas debemos utilizar una crema con un factor de protección alto y aplicarla de manera frecuente», explica la coordinadora de Enfermería del CAP Llevant de Tarragona, quien añade que «es mejor optar por un protector solar físico y que, además, tenga cierta resistencia al sudor». Por otro lado, la experta recomienda, sobre todo en la playa, «evitar dejar a los pequeños en espacios tipo iglúes porque aunque no les toca el sol, pueden sufrir un golpe de calor, ya que no tienen ventilación».

A todo ello, hay que añadir que debemos refrescarnos constantemente, es decir, bañarnos en el mar o la piscina y evita tomar el sol en las horas de más calor. Por el contrario, si no podemos refrescarnos, es aconsejable mojarnos la cabeza siempre que tengamos sensación de mareo o calor excesivo.

Casa ventilada

En la medida de lo posible, mantén la casa ventilada y a temperatura inferior a 25º. Cierra las persianas en las horas centrales del día y ventila la casa a partir de las 20 horas. De esta forma, conseguiremos que la temperatura del hogar se mantenga por debajo de los 25º. Además, utiliza el aire acondicionado o ventiladores que favorezcan una temperatura óptima en las horas de más calor. «Es muy importante que todas las habitaciones de la casa estén bien ventiladas, y en el caso de disponer de aire acondicionado lo fundamental es mantener una temperatura suave, es decir, no abusar de las bajas temperaturas, porque cuando salgamos de la vivienda, si el contraste térmico es muy brusco, es cuando aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor», detalla Eva Pagès.

Descansar

Durante el verano también es importante mantener la rutina a la hora de ir a dormir, sobre todo entre la población infantil. «Tanto los más pequeños como la población frágil deberían dormir entre 8 y 10 horas y mantener la habitación ventilada», explica Eva Pagès.

Síntomas

Si a pesar de seguir los consejos anteriores, «sentimos un aumento de la temperatura corporal superior a 40 grados, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, piel enrojecida, caliente y no sudada, o una respiración y frecuencia cardíaca aceleradas, entre otros síntomas, debemos acudir al centro de salud para que los profesionales sanitarios valoren si estamos en una situación de riesgo de sufrir un golpe de calor». Por todo ello, la campaña del Departament de Salut, Este calor es mortal, hace un llamamiento a tomar conciencia sobre los efectos de la calor y a prevenirlos, en un escenario en el que las olas de calor cada vez son más habituales y frecuentes.