En el Mediterráneo se libró una guerra tan desconocida como fascinante. En el marco de la Gran Guerra, conflicto en el que España procuró mantener su neutralidad, el Golfo de Sant Jordi cobró un valor estratégico capital.
Los buques aliados lo utilizaban a sabiendas de que los submarinos alemanes acechaban a escasas millas de distancia en las aguas consideradas campo de batalla. Uno de los navíos atacados en esta lucha sin cuartel fue el Medjerda, un vapor francés que transportaba a 575 personas, cuyo hundimiento supone hoy una de las principales tragedias navales del estado.
En la ruta de hoy cubrimos el camino de ronda que une las localidades ebrenses de L’Ametlla de Mar y L’Ampolla, un recorrido de gran belleza que nos invita a imaginar cómo se vivió este episodio.
Instrucciones de la ruta
En tanto que es un recorrido sólo de ida, conviene que establezcamos cómo volveremos al punto de inicio. O bien nos coordinamos con dos vehículos o bien utilizando el transporte público, siendo el tren la opción más manida.
Sea como sea, seguiremos las marcas del Gran Recorrido (GR) 92, el conocido como Camino de Ronda, cuyos colores son el rojo y el blanco. Las marcas son abundantes, conque bastará con prestar atención para descubrir cuál es el camino correcto en los cruces. Además, a diferencia de lo que sucede en otras etapas de esta travesía, solo nos alejaremos de la costa en una ocasión. Será en el puerto natural de l’Estany Gras, el cual rodearemos gracia a su laguna.
La tragedia del Medjerda
El viernes 11 de mayo de 1917 por la tarde, el Medjerda, un barco de vapor francés que había prolongado su vida útil a causa de la primera guerra mundial, navegaba rumbo a la localidad franca de Port-Vendres. A bordo viajaban 468 soldados de camino al frente y 48 civiles, incluidos 14 hombres, 24 mujeres y 10 niños, lo que suma un total de 575 pasajeros.
A las 16:45, cuando el buque se acercaba al Cabo de Tortosa, situado en la desembocadura del río Ebro, llamó la atención de un submarino oceánico alemán, el U-34. El sumergible se había situado a las afueras del golfo a la espera de nuevos vapores a los que hundir en una acción enmarcada en la llamada guerra submarina indiscriminada. Johannes Klassing, su comandante, ordenó atacarlo sin emerger con un único torpedo lanzado a las 19.10.
Un minuto y cincuenta y dos segundos después, se escuchó una fuerte explosión. Sorprendido, descubrió gracias al periscopio que el vapor había desaparecido, luego un único proyectil había bastado para mandar el Medjerda al fondo del mar. Lo cierto es que el ataque dejó a decenas de personas a su suerte. El informe posterior de Klassing, redactado después de interrogar a uno de los supervivientes, revela que preveía que murieran entre 300 y 400. Así fue: perecieron 352 de los 575 pasajeros. ¿Cómo se salvaron los supervivientes?
Por un lado, algunos fueron ayudados por un vapor británico catorce horas después, por otro lado, los vecinos de L’Ampolla rescataron un bote el día siguiente. Entre sus pasajeros estaban Josep Got, el capitán del Medjerda, y una mujer desconsolada cuya hija se había ahogado en sus brazos. Durante los meses siguientes se recogieron decenas de cuerpos del litoral. El SM U-34 continuó su carrera de destrucción hasta encontrar su final el 18 de octubre de 1918, mientras estaba a las ordenes del mismo capitán, debido a las cargas de profundidad lanzadas por un buque de la británica Royal Navy.
La guerra secreta
Durante la Gran Guerra, miles de personas huyeron a bordo de vapores, el único medio de transporte posible con América. Los alemanes aprovecharon el corredor formado por el litoral tarraconense para atacar navíos aliados. Fue la llamada guerra submarina indiscriminada, caracterizada por ataques submarinos sin previo aviso.
Uno de los más conocidos ocurrió el 7 de mayo de 1915, cuando el sumergible alemán SM U-20 hundió el británico Lusitania cobrándose la vida de 1.195 personas. El mes de junio de 2004, los restos del Medjerda fueron redescubiertos por Josep M. Castellví y Josep Guarro, autores del libro La Guerra Secreta del Mediterrani. En el título narran esta y otras agresiones, así como la peligrosa inmersión hasta los restos del trágico Medjerda.
Dificultad de la ruta
El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino. Desde el punto de vista de la dificultad física este recorrido es exigente a causa de su considerable longitud y nada desdeñable desnivel positivo o subida.
Los obstáculos se resumen a escalones naturales y, ocasionalmente, a la arena de playa. Como la sombra escasea, la crema solar será una aliada imprescindible.