Arte, creatividad, luz, experiencia y solidaridad se entrelazan en la exposición Som Llum, del fotógrafo tarraconense Pep Escoda. La muestra puede visitarse hasta el próximo 7 de enero, en las antiguas urgencias del Hospital de Santa Tecla, y nace con motivo del traslado de la Fundació La Muntanyeta a la nueva sede en el barrio tarraconense de Bonavista.
La exposición está comisariada por Maria Roig y Joana Zapata, y cuenta con la producción S. Morris Produccions y la colaboración del Aula de Cinema de la Universitat Rovira i Virgili.
«Som Llum nace a raíz de la donación de unas fotografías de Pep Escoda a la Fundació La Muntanyeta. Desde la Xarxa Santa Tecla nos ofrecieron la posibilidad de crear una exposición que se convirtiese en una experiencia y que fuese más allá de la fotografía; así surgió la posibilidad de diseñar una muestra inmersiva», explica Joana Zapata.
De esta manera, sigue explicando la comisaria, «la primera parte de Som Llum se centra en el proyecto fotográfico que Pep Escoda realizó experimentando con la luz en la Catedral de Tarragona, mientras que la segunda parte resulta una experiencia sensorial».
Así, Som Llum pretende que el público sea consciente de aquello que pasa cada día en el interior de la Catedral de Tarragona, y también de como este ritual nos enseña que nuestra realidad depende de como miramos los hechos, desde que cristal de color, desde que prismas.
«Las fotografías que doné a la Fundació La Muntanyeta, bajo el nombre Diàleg amb la llum, son fruto de observar como la luz incide en el espacio interior de la Catedral a través de los rosetones, y recorre las paredes; es un trabajo personal de inmersión en un entorno místico y de culto», explica el fotógrafo Pep Escoda, quien opina que «es un ejercicio íntimo de observación, porque muchas veces miramos, pero no vemos lo que tenemos a nuestro alrededor».
De esta manera, en palabras de la comisaria Maria Roig, la segunda parte de la exposición «quiere hacer sentir a la gente que es ella misma la que proyecta la luz, en referencia a la idea de diversidad». De este modo, Som Llum «no es solo una exposición en la que el público solo observa», según palabras de Maria Roig, sino que se convierte en un recordatorio de que «todos somos diferentes, todos somos un filtro único y, por lo tanto, todos proyectamos algo especial y genuino».
Así, al final del recorrido, Som Llum interpela al público para recordarle que «según con el cristal de colores desde donde observamos, podemos percibir la vida de una manera o de otra. Los colores son códigos y la vida, diversidad».