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Nita Prose: «Nadie lleva una etiqueta en la frente que diga cómo es»

‘La camarera’, de la autora canadiense, ha vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo. Un hotel de lujo, un cadáver y una sospechosa peculiar

14 abril 2023 17:40 | Actualizado a 14 abril 2023 18:02
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Molly es una joven camarera en un hotel de lujo. Discreta, prudente, tímida y torpe en el trato social. Un buen día se encuentra con un cadáver en la cama, lo que la convierte en sospechosa. Este suceso la obligará a indagar, a hacer de detective amateur para limpiar su propio nombre. Molly es una heroína peculiar, atípica e inolvidable. Es la protagonista de La camarera, novela de Nita Prose, de Duomo Ediciones. Publicada en más de 40 países, ha vendido hasta el momento un millón de ejemplares en todo el mundo.

¿Molly padece el síndrome de asperger?

Tiene dificultades en algunos aspectos sociales y a veces malinterpreta las intenciones de la gente. Sin embargo, para mí era sumamente importante que no se la etiquetara desde el inicio. Este libro trata sobre qué implica ser como el resto de personas y, al mismo tiempo, ser completamente diferente. Me preocupaba que, si yo etiquetaba a Molly, los lectores se centrarían solo en esa diferencia, la verían como se ve al «otro», distinto, y se perderían la parte más importante: que Molly es igual que cualquiera de nosotros.

¿Por qué ha optado por este perfil de personaje?

Antes de ser editora, trabajé un tiempo como profesora de instituto con estudiantes con necesidades especiales. Muchos de aquellos jóvenes venían con una etiqueta puesta, etiquetas que recordaban a los educadores que debían ser empáticos y enseñar con métodos adecuados a cada individuo. Pero en el mundo real nadie lleva una etiqueta pegada en la frente que advierte a los demás qué son o qué no son y aun así, a menudo, la gente reconoce la diferencia y, frente a esa realidad, deciden sacar lo peor de sí mismos. Cuando llevaba a mis alumnos de excursión al «mundo real», a menudo veía que recibían algunas actitudes crueles por parte de los que solemos llamar gente «normal». Pero también había un lado positivo. Pude ver a mis estudiantes siendo más fuertes, más resilientes, más empáticos y más flexibles con los demás que la mayoría de la gente normal. Dicho de otro modo, los vi comportarse con una valentía extraordinaria, y eso no lo olvidaré nunca. En cierto modo, creo que he dotado a Molly con los rasgos que más respetaba y admiraba de mis alumnos. Me gustaría que los lectores descubrieran durante la novela que las diferencias de Molly son en realidad su mayor fuerza.

$!Nita Prose: «Nadie lleva una etiqueta en la frente que diga cómo es»

¿Su ingenuidad le ayuda a seguir las pistas del caso?

Es cierto que Molly puede perderse detalles que para mucha gente resultan obvios, pero, en cuanto a las cosas importantes, eso cambia. En ese sentido, ella es única y extraordinaria. Es capaz de ver cosas que otros no ven. Además, la subestiman constantemente, lo cual la ayuda a seguir las pistas del caso, porque nadie sospecha de lo que es capaz, de sus poderes.

¿Ella es más Colombo o Sherlock Holmes?

Yo soy fan indiscutible de Colombo y de los misterios al estilo clásico en general. Cuando era pequeña, mi madre y yo solíamos ver juntas la serie. Solía ponerla de los nervios que Peter Falk, quien interpretaba al detective Colombo, fuera tan descuidado y apareciera siempre con ese aspecto desaliñado y arrugado. Ella le hablaba directamente al televisor, ¡y se ofrecía a plancharle la ropa! Por alguna razón, ese pequeño detalle me pareció perfecto para tomarlo prestado de la vida real y reproducirlo en las de Molly y su abuela. En cuanto a Molly, no se parece ni a Colombo ni a Sherlock. Si en mi novela hay alguien que haga de Sherlock, ese es el lector. Al fin y al cabo, Molly se pierde muchos detalles y pistas obvias, pero no así el lector. Mi trabajo como escritora es hacer que el lector participe de ese mundo, y mi manera de hacerlo ha sido asignándole el papel de detective.

He dotado a Molly con los rasgos que más respetaba y admiraba de mis alumnos

Sin embargo, aunque no lo parezca, se imagina mil maneras de matar a alguien. ¿Todos llevamos una fuerza oscura dentro?

Molly, como la mayoría de personas, tiene una personalidad compleja. No es perfecta, ni tampoco completamente mala. Su brújula moral es única y habrá quién la considere poco usual, pero siempre apunta en la misma dirección: hacia lo que ella entiende que es la compasión y la justicia. Es perfectamente capaz de distinguir entre pensamientos y acciones, y aunque ella misma pueda tener pensamientos violentos hacia aquellos que se burlan de ella, también demuestra tener un autocontrol increíble. Ahora bien, que nadie se equivoque: Molly parece un corderito, pero en realidad es toda una leona.

A través de sus ojos relata la diferencia de clases sociales. Sin embargo, Molly no es una persona resentida.

Ella no guarda rencor ni resentimiento, pero sí intenta impartir justicia donde y cuando puede. Sabe que el mundo no es justo, que los más desfavorecidos y aquellos que son diferentes suelen ser marginados, estigmatizados o ignorados. En vez de luchar directamente contra esa injusticia, ella espera el momento adecuado en el que pueda actuar, inclinando la balanza hacia lo que ella considera que es justo.

¿Los camareros de los hoteles son invisibles a ojos de los huéspedes?

Los hoteles me fascinan. Son liminales, pueden ser el inicio de cualquier cosa porque siempre están cambiando y dependen de la personalidad de los clientes que circulan por ellos, tomando ese espacio como un hogar temporal. Además, en los hoteles se percibe cierta contención, lo cual ayuda mucho a los escritores de misterio para crear esa sensación de estar atrapado y de que cualquier cosa podría estar pasando detrás de todas esas puertas cerradas. Los hoteles también son jerarquías en miniatura, como microcosmos en que se reflejan sociedades clasistas. Están los de arriba y están los de abajo; los huéspedes importantes y el personal de servicio que trabaja para ellos; y luego están los empleados que nadie ve, como las de la limpieza, invisibles incluso cuando están delante. He querido poner el foco en una empleada invisible, darle el protagonismo aunque parezca que no pueda tener ninguno. Si no van a verla los huéspedes del hotel, que al menos sí la vean, y entiendan, los lectores.

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