Encapsular o encasillar a Paco Contreras (Elche, 1985) resulta complejo. Ni siquiera él podría hacerlo. Detesta las ideas fanáticas, las corrientes políticas robustas, su pasión se llama arte, poesía o celebración. Cultura, para los simplistas.
Los entresijos más contemporáneos del flamenco colocan en un pedestal a el Niño de Elche, el proyecto más fascinante de la nueva ola del registro, un cantaor que no solo se ha conformado con los parámetros clásicos que marca el romanticismo, ha decidido indagar hacia otros márgenes, aunque conserva una esencia indiscutible.
El Niño de Elche presenta en Reus, el próximo sábado, Cante a lo gitano, un espectáculo con aroma teatralizado que supone una revisión del repertorio de Manuel Torre (1880-1933), el mítico cantaor que dejó huella con una voz austera pero de una personalidad artística inconfundible. A través de catorce cantes profundamente intensos, el artista devuelve al público a los orígenes ancestrales del flamenco, llevándolo también hacia el futuro del género.
«Para mí Manuel Torre lo es todo, el mejor cantaor que he escuchado», reflexiona el artista a pocos días de subirse al escenario del Teatre Fortuny como exponente destacado del ciclo Les Perles de l’Accents. Se trata de la primera vez que actúa en la capital del Baix Camp.

Figura clave del flamenco contemporáneo, Niño de Elche ha asumido la esencia del género flamenco en todas sus dimensiones, desde lo más elemental hasta lo más esencial. Esta actitud lo ha llevado a proclamarse ex flamenco, una forma de expresar su búsqueda interminable por explorar y redefinir las fronteras del arte. «Mi forma de amar el flamenco es mostrándolo, no metido en una trinchera», confirma. Este nuevo proyecto cuenta con colaboraciones destacadas, como Yerai Cortés, Rocío Márquez, Ylia, Perrate y Eric Jiménez (Los Planetas), entre otros. «Siempre he intercambiado experiencias con artistas de otros registros. Creo que es una excelente oportunidad de aprendizaje, nunca me cierro a conocer nuevos horizontes musicales», admite el propio Niño de Elche, miembro indiscutible de la nueva camada de talento. Su irrupción en la escena nacional ha supuesto un revolcón absoluto a lo cotidiano.
Pedro G Romero, artista y crítico, lo define como un «un renacer. Evidentemente, el cante gitano le atraviesa el cuerpo y, luego, sale de su garganta con nuevos tonos y desvíos prodigiosos, engrandece, como una lupa, los pequeños rasgos que definen a Manuel Torre. Es Niño de Elche quien canta, pero lo que escuchamos es puro cante gitano».
El secreto de El Niño de Elche se construye en la inquietud. Porque lo que hoy parece válido, mañana podría no serlo. Y lo mismo se puede trasladar a su música, a su cante, a sus performances. Cante a lo gitano se convierte en su 17º trabajo de estudio, una delicia que paraliza los sentidos.
El género de todos
Nacido en Elche, aunque con raíces en Granada, Paco Contreras es otras demostración de que el género del flamenco puede hallarse en cualquier rincón del país, no solo en Andalucía. En Reus mismo o en Tarragona existe una pasión desbordante para este arte.
«Aunque no he estado nunca cantando allí, sí me han comentado la afición que hay. Es que el flamenco no se focaliza en un solo lugar, yo mismo soy de Elche», comenta el propio cantaor.
Su faceta de artista desborda talento, ha escrito poemarios que le colocan en un panorama de ecléctico indiscutible. Sobrevive a los que quieren encasillarle con sorpresas constantes. «Vivimos en un mundo con tanta información que parece que sea necesario etiquetar a la gente», confirma.
En su música aparece una exploración constante. Hay jazz, electrónica, trip-hop y clásico. Muchas veces, los críticos pueden pensar que trabaja para escandalizarles. Quizás.