La historia de un viaje hasta la culminación de un sueño, en el que el espectador es el protagonista. La Maga Amèlie (Rosana Vidal González) presentará el 19 de octubre (Orfeó Canongí Teatre Municipal, 19 h) el espectáculo Consiste en soñar, en el marco de las Jornades de Màgia Impossible de La Canonja.
¿Qué le fascinó de la magia?
Tengo una personalidad muy inquieta y me fascinan muchas cosas, desde el deporte hasta las artes escénicas, e incluso todo lo que tiene que ver con el desarrollo personal. La magia me cautivó porque cuando veía actuar a un mago, presenciaba como el público sentía cosas especiales, fruto de esas ganas de ver cumplidos nuestros sueños, aunque algunos sean difíciles de alcanzar o incluso imposibles. Entonces, yo también quería hacer sentir al público todas esas emociones.
«Dándole voz y luz al público, haciéndolo partícipe, es cuando cada función se convierte en genuina e irrepetible»
¿A través de la magia qué sueños ha hecho realidad?
Muchos. La magia es el canal por el cual yo me comunico y entablo relaciones con otras personas. Gracias a la magia he podido viajar y colaborar con muchas ONG, entre ellas Payasos Sin Fronteras, fundada en Catalunya por Tortell Poltrona. He visitado zonas en conflicto y otras devastadas por catástrofes naturales. La magia también me ha ayudado a conocerme a mí misma.
En La Canonja presentará ‘Consiste en soñar’.
Sí, pero será una versión más reducida porque a nivel técnico no podemos desarrollar todo el espectáculo completo. Es el show más grande de mi repertorio e invita al espectador a soñar. Es posible que podamos conceder algún deseo en vivo.
El público forma parte del show.
Si no hubiera un feedback por parte de los espectadores, a todo lo que está pasando en el escenario, sería un monólogo. Me encanta aprovechar las reacciones concretas de las personas del público para hacer que la función sea única, es decir, que no sea un espectáculo enlatado. Dándole voz y luz al público, haciéndolo partícipe, es cuando cada función se convierte en genuina e irrepetible.
Actuó en el Metropol, en el marco Festival Teatre Màgic.
Fui invitada por Mag Gerard quien, aparte de ser un gran compañero, para mí es un amigo.
¿Cómo cuida sus manos?
Aparte de la magia, practico escalada y otros deportes de aventura. No hace mucho, haciendo un juego de magia a un niño me di cuenta de que a veces no son muy compatibles las manos de una escaladora con las de una maga. Le doy importancia al movimiento de las manos, pero quizás no las cuide todo lo que debería anatómica y físicamente, aunque sí que las mimo como herramienta de expresión.
¿Cuál es su objeto fetiche?
La cuerda. A priori, puede representar un imposible muy grande. Como maga, rompo por la mitad un objeto que representa una línea recta, con un principio y un final, para después recomponerlo. Esta imagen tiene una fuerza increíble porque puede simbolizar tanto aquello que nos une como el fin de un problema cuando la cortas. Utilizo una cuerda blanca como símbolo de pureza y de claridad.
¿Qué siente cuando ve todo lo que ha logrado?
Mucha felicidad porque nunca lo hubiera imaginado. Es más grande lo que he podido disfrutar a lo que en cualquier momento pudiera soñar.
¿Qué significan para usted los juegos de magia clásica?
Por la magia clásica siento algo especial porque perdura en el tiempo y está encuadrada en unos parámetros que son atemporales, universales y responden a las leyes por las que se rige la vida humana.
Todavía predominan más magos que magas.
Aunque sigue habiendo una mayoría de hombres en el gremio, ahora es más fácil para una mujer ser maga porque existen más referentes y facilidades para acceder a la formación y para actuar. En mis actuaciones, siempre hay niños y niñas a los que les pregunto si les gusta la magia o si les gustaría ser mago o maga. Si te ven como un ejemplo, ellas y ellos mismos rompen la brecha y pueden llegar a soñar con ser los magos y las magas del futuro.