Igual que lo que cantaba La Lupe, «Lo nuestro es puro teatro», y así es Tarragona estos días; un vaivén de actrices, actores, bailarinas, creadores y «titiriteros», como dijo algún inculto político, que forman parte del programa de los 9 años del FITT, el Festival Internacional de Teatre de Tarragona, que levantó su telón ayer con 3 espectáculos: el storywalker Stella Maris; el laboratorio de creación de Judith Pujol El Brindis y el espectáculo inaugural, rompedor, valiente, descarado y empoderado que firman las bailarinas y coreógrafas Sol Picó, Natsuki y Charlotta Öfverholm, Titanas, el arte del encuentro. Esta fue, sin duda, una excelente opción para dar la bienvenida al festival de nuevas dramaturgias y demostrar que la danza es un arte necesario y que sirve para mucho y, en este caso, para poner a la mujer de «cierta edad» en un pedestal y dotarla de libertad para que viva como quiera y haga lo que quiera en cada momento.
En Titanas, representada ayer en el Teatre Tarragona, las tres creadoras crean un espacio de libertad total donde todo es posible. Emergen las energías y las fuerzas más puras, más salvajes y genuinas, las identidades se desvanecen, las pieles se intercambian y se inicia un diálogo entre la multiplicidad de entidades que luchan en nuestro interior para terminar sobresaliendo. El espectáculo cuenta con la voz y la música de Judit Farrés quien, en todo momento, interactúa con las protagonistas, y lo más interesante y arriesgado, 12 voces de 12 mujeres que forman parte del Orfeó de la URV y que Sol, Natsuki y Charlotta han preparado para cantar, bailar y moverse por el escenario como si lo hubieran hecho toda la vida. Un reto que demuestra la valentía de las coreógrafas por trabajar con gente que no se dedica a la danza, ni al espectáculo de forma profesional pero a quien no les ha faltado ni una gota de ilusión, entrega y ganas durante los 75 minutos del show.
Sol Picó explica que «siempre es ilusionante ser el espectáculo inaugural de un festival y si gusta y sirve para que más gente vaya a ver teatro y danza el resto de los días, ya es maravilloso. Nos sentimos un poco más responsables por eso de inaugurar pero nos encantó la idea cuando nos la propuso Joan Negrié». Respecto a trabajar con las mujeres del Orfeó, la coreógrafa de Alcoy asegura que «ha sido una experiencia super gratificante pero es verdad que el primer día, tanto Judit como yo pensamos que teníamos mucho trabajo por hacer. Hemos sentido vértigo pero ha sido precioso. Ellas se han pasado el verano vistiendo la piel de Titanas y ensayando muchas horas y días para hacer lo que han hecho esta noche. El resultado ha sido espectacular y emocionante».
Las doce mujeres del coro tarraconense y Judit envuelven y acarician en todo momento a la tríada de bailarinas, convertidas en diosas guerreras, poderosas, eufóricas y optimistas, que renacen para crear un nuevo universo ideal, utópico y fantástico, sin normas que cumplir ni arquetipos donde encajar. Titanas quiere dar visibilidad a la mujer a la que ya no se califica de joven, ni bonita; darle su lugar, su reconocimiento, su empoderamiento y dejar claro que podemos hacer lo qué sea a la edad que sea. «Ninguna de las tres bailarinas nos conocíamos y este espectáculo nos ha permitido intercambiar nuestras identidades, jugar a ser la otra y descubrir su mundo», apunta Picó.
Quedan todavía tres días de FITT, con propuestas diversas para enamorar a todo tipo de público. Hoy aterrizan en el festival las compañías Teatro en Vilo y su Hoy puede ser mi gran noche de Madrid; Xavier Bobés y Alberto Conejero con El Mar de Catalunya y Andalucía y Iaia de Mambo Project, también catalanes.