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La marca de García Lorca

Tarragona. La compañía Antagonista Teatro se alza con cuatro premios en Abrera por su obra ‘Los centros de Lorca’

07 mayo 2024 14:36 | Actualizado a 09 mayo 2024 11:52
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La huella de Federico García Lorca es universal. Su influencia llevó a la dramaturga y actriz tarraconense Marta Antolín a escribir la obra Los centros de Lorca, con la que la compañía Antagonista Teatro acaba de alzarse con cuatro estatuillas en el certamen Vila d’Abrera: primer premio del jurado, mejor obra según el público, mejor actriz secundaria (Viviana de Salvador) y mejor actor de reparto (Vicente Cañón).

«Cuando empiezas a indagar en su vida, en su infancia, su amor incondicional por la vega granadina, sus lazos invisibles con las raíces del pueblo y la costumbre, la relación con sus padres, su etapa en la Residencia de Estudiantes, La Barraca, sus desencuentros y rivalidades con Dalí y Buñuel, su viaje a Nueva York... es como si estuvieras viendo una película o una serie que no puedes dejar de mirar. Está cargada de pasajes que te traspasan y es absolutamente magnético», afirma Antolín, codirectora también de la obra junto con Vicente Cañón.

Tres veces en Tarragona

Lorca estuvo, al menos, tres veces en Tarragona. La primera, documentada sólo testimonialmente, se remonta a los años 20 a tenor de las afirmaciones que el poeta aporta en una entrevista realizada en 1935 por Lluís de Salvador, entonces director del Diari. En ella, Lorca dice haber dedicado su tesis doctoral al monasterio de Poblet, antes de la restauración sufrida durante los años 30.

«Este trabajo nunca se ha encontrado, pero es verosímil su ejecución si pensamos en los viajes de estudio organizados por el maestro Berrueta, que debieron calar hondamente en la sensibilidad del autor granadino hacia el patrimonio español y que justifica el tema elegido para su investigación universitaria», explica el profesor de Literatura y escritor tarraconense Fernando Parra.

La segunda visita fue en septiembre de 1935. Es la famosa visita incógnita. Lorca, que iba a ser homenajeado en Barcelona por la Academia de Música Marshall para celebrar el éxito teatral de Yerma, no se presentó al evento, dejó a la organización totalmente colgada y se marchó a Tarragona, aprovechando que era la fiesta mayor de Santa Tecla. Los historiadores Ian Gibson y Antonina Rodrigo aseguran que en esa ‘espantada’, le acompañaba Salvador Dalí, pero en la entrevista a Lluís de Salvador, Lorca, que reconoce la escapada, no desvela ese otro detalle.

El tercer escarceo de Lorca en Tarragona fue el 14 de noviembre de 1935, coincidiendo con la a representación en el Teatro Moderno de La dama boba, de Lope de Vega, con arreglos del propio Lorca. Es precisamente, tras la finalización de la obra cuando se produce la entrevista con Lluís Salvador.

«Le vieron departiendo divertido con la colla de grallers en el Café de la Unió, en la Rambla Vella; maravillado de los monumentos de la ciudad y de su luz; visitando el Mèdol, por recomendación de Manuel de Falla, y captando la esencia de las gentes, en esa peculiaridad tan lorquiana, de conocer la esencia de un pueblo a través de los ancestros que configuraron su alma», dice Parra.

Protagonismo femenino

Volvamos al inicio del artículo. «Cuando las cosas llegan a los centros no hay quien las arranque», decía el dramaturgo granadino. Unas palabras que sirvieron de inspiración a Antagonista Teatro. La compañía tarraconense estrenó la función en noviembre en el Metropol de Tarragona y desde entonces ha pasado por Reus, Cambrils, Abrera, La Secuita y Chinchón, donde concursó en el certamen nacional de teatro José Sacristán –el sábado se sabrá si tiene premio- . La trama gira en torno a un actor que convoca a sus antiguos compañeros de teatro. Necesita ayuda para un proyecto sobre Lorca que él, por sí solo, no puede asumir. También cobran protagonismo las mujeres a través de la libertad, la maternidad, la estética, la presión social... aspectos a los que el genio andaluz prestaba especial atención.

«Lorca era un antropólogo nato. Sabía mirar a la sociedad y desenmascarar sus miserias. Era un visionario claramente feminista. Capaz de reflejar, tan preciso como si estuviera hablando de sí mismo, la impotencia de una mujer socialmente castigada por no tener hijos o por no hacer lo que la sociedad estipula como válido para la mujer. Bernarda, Mariana, Martirio, Rosita, Poncia, Yerma... Esos personajes femeninos y con tantas cosas que decir fueron una clara inspiración a la hora de escribir», expresa Antolín.

Y añade: «Tiene una gran intuición natural. Es capaz de ver más allá, llegar a los centros y mostrártelos para explicarte ‘mira, esto es lo que os oprime las vísceras’. Nunca se queda en la superficie ni deja nada al azar, aunque lo que estés viendo te parezca, a priori, una escena o propuesta costumbrista. Es honesto y lanza su mensaje con crudeza y sin tapujos pero con una gran destreza literaria. Como decimos en la obra, es eterno e infinito, está más vivo que nunca y sigue atrayendo adeptos y llenando teatros».

Federico García Lorca estuvo, al menos, tres vez en Tarragona, en
los años 20 y 30 del siglo pasado.

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