Gracias a un cásting de nivel internacional, al que accedió con la agencia La Farándula, Jordina Sans (Reus, 27 años) alcanzó un lugar como bailarina en el videoclip de la prestigiosa cantante y compositora británica Dua Lipa. El tema Physical dio la vuelta al mundo entre el mar de adeptos que siguen a la artista. En esa interpretación, la reusense disfrutó de una experiencia única y contó con el beneplácito y el agradecimiento de la misma estrella. «Después del trabajo, nos reunió a todos los bailarines y bailarinas y nos agradeció nuestra dedicación», recuerda.
El cásting no solamente se llevó a cabo en España, también en Londres. La destreza de Sans para los ritmos urbanos convenció a la compañía. Fue elegida. «El rodaje tenía hasta una doble de Dua Lipa», confirma.
Esa experiencia gratificante no ha resultado la única para la bailarina, que también posee formación como actriz. Ha trabajado en una producción del popular rapero sevillano ToteKing, de gran reputación en ese registro. Todo ello después de prácticamente una vida dedicada a la danza.
Con 3 años, Jordina inauguró el trayecto en la magia del ballet, un arte que le ha ofrecido «disciplina y técnica. Creo que el ballet es la madre de todas las danzas». Imitó así a su abuela Asun, una apasionada del baile en Reus. Todo ocurrió en la conocida escuela Artis de la capital del Baix Camp, con la que Sans todavía mantiene estrecha relación.
Su vida compagina hogar y pasión entre Barcelona y su ciudad de origen, ya que ejerce como profesora en distintos centros especializados.
La ritmos urbanos y la energía de la reusense vivieron un flechazo pronto, cuando ésta cumplía apenas siete años. Desde entonces tuvo claro que ese era el camino, su lugar, una especie de hábitat que no permite confort. O te renuevas constantemente o te estancas. «Empecé a bailar hip hop con Salva Faye y ahora trabajo como profesora en su escuela. Él me inculcó los valores de la danza», reconoce.
El hip hop, el break dance o el sexy style conforman los estilos que frecuenta Sans. De hecho, su visión inconformista y curiosa la ha llevado a Los Ángeles o París para perfeccionar sus capacidades. «Disfruté mucho, en Los Ángeles se encuentra el cénit del hip hop y conocí su esencia».
Una terapia
Bailar no se trata solo de una ocupación laboral para la artista, lo ve como una forma de vida, incluso, por encima de todo, como solución de salud. «Para mí, la danza es terapia. He estudiado integración social y psicología porque creo que conforman un todo y se pueden adaptar. De pequeña sufrí bullying en la escuela y la danza me ha ayudado».
Entre los proyectos que hoy se encuentran encima de la mesa de Jordina Sans existen dos de creación propia, como la compañía Vols de Reus, que comparte con Violeta Pena, y Dancetop, una propuesta en solitario que consiste en ofrecer sesiones. Todo ello con ese afán de convertir el flow en belleza.
