Eurovisión está en crisis después de que una serie de hechos importantes se desataran justo horas antes de que comience la gran final de este sábado por la noche.
La participación de Irlanda, a cargo de Bambie Thug, se perdió el ensayo final después de que dijeran que una «situación» requería «atención urgente» de la Unión Europea de Radiodifusión, que organiza el evento.
Esto ocurrió solo horas después de que se revelara que el concursante neerlandés Joost Klein fue eliminado del concurso después de ser interrogado por la policía sobre un incidente con «una miembro femenina del equipo de producción».
Un comunicado del canal neerlandés Avrotros ha calificado la decisión como «desproporcionada», ya que dijeron estar «muy decepcionados y molestos» por su exclusión.
Y el representante de Francia, Slimane, interrumpió su propia actuación para decir que el concurso debería ser: «Unido por la música, sí, pero por amor, por paz», lo que fue recibido con aplausos entusiastas por parte del público.
Eurovision ha confirmado posteriormente que sabían que él quería hablar durante su actuación, diciendo que quería enviar un «mensaje de amor», según ha informado el podcast The Euro Trip. Mientras tanto, fuera del recinto, 15.000 manifestantes proPalestina se reunieron en Malmö exigiendo que la concursante israelí Eden Golan fuera expulsada de la final.
La cantante subió al escenario desafiante ondeando una bandera israelí detrás de ella durante su ensayo final, en un acto de resistencia contra el odio con el que ha sido bombardeada durante toda la competencia.
Marina Satti de Grecia y Nemo de Suiza también se ausentaron del desfile de banderas, un día después de que Satti fingiera quedarse dormida mientras Golan estaba hablando.