Reseñas: Lo mejor de la literatura juvenil

La saga Empírio/ Empiri:

Alas de sangre/ Ales de sang

Alas de hierro/ Ales de ferro

Autora: Rebecca Yarros

Editorial: Editorial Planeta/ Columna

Ese día, Susana no se siente de buen humor. A pesar de que hace un bonito día de primavera y está sentada en un prado con su gato, ella sigue descontenta y aburrida. De pronto, se quita las gafas para dejar de ver todo eso que tan poco le gusta hoy, pero cuando suena un extraño sonido, va a ponérselas otra vez y no las encuentra. En su lugar, hay otras gafas que, al ponérselas, le muestran una visión muy distinta de la de antes: su plácido gato se ha convertido en medio dragón y se marcha de su lado. Pero no acaba ahí la cosa, porque el bosque al que acude ya no es el que ella conoce, uno bucólico con pinos y ardillas correteando por ahí, sino que lo invaden sombras, culebras y charcos. Susana sale huyendo de allí, para comenzar un extraño viaje lleno de paisajes incomprensibles en los que se cruza con criaturas enternecedoras que la ayudan a comprender la importancia de vivir cualquier aventura en buena compañía.

La voz de Tove Jansson relata este maravilloso cuento a través de divertidos versos en los que Susana busca la clave para seguir avanzando hacia ese lugar en el que todas las criaturas que va encontrando en su camino queden a salvo. Y será precisamente en el Valle de los Mumins, donde residen esa especie de troles blancos con forma de hipopótamo a los que la autora finlandesa ha dedicado tantas y tantas historias. “¡Bañado en toneladas de color, luz y amabilidad!”.

Susana vive una clara evolución a través de estas vivencias, pues, pese que al inicio la oscuridad la incita a escabullirse algo asustada, a medida que va descubriendo nuevos e inquietantes retos, se hace fuerte y confiada, gracias también a todos esos personajes que la acompañan. La poesía y el color de las bellas ilustraciones que ocupan buena parte del espacio de las doble páginas acaban de moldear el espíritu de este álbum ilustrado que guía al lector a través de un mundo ambiguo que sobrepasa los límites entre el sueño y la realidad, sin dar importancia a dónde empieza uno y dónde acaba el otro.

Pierluigi tiene doce años y no siente ningún amor por los libros. De hecho, cuando su escuela invita al autor del último libro que han leído en clase, para hacer una presentación, se mofa de él y acaba con una nota del director dirigida a sus padres. Ese mismo verano, viaja con sus padres a Banalia, un lugar de costa ni muy bonito ni muy feo, en el que enseguida se da cuenta de que algo extraño sucede: allí, los niños tienen prohibido leer. Un día conoce a un desconocido que le pide que le guarde en secreto un libro que lleva escondido antes de que la policía le pille, y entonces se despierta la curiosidad de Pierluigi, por ese misterio, sí, pero también por los libros, y por lo que esa brigada de Clandestinos lucha. P. D. Baccalario toma como protagonista a un adolescente típico, y lo retrata con gran realismo: no se siente comprendido por sus padres; no disfruta de lo que le ofrecen los libros; prefiere jugar al Candy Crush en el móvil cuando se despierta por la mañana. A continuación, le lleva a un lugar inventado para ponerle al frente de una aventura que hereda la melancolía de otra época al estilo de ‘Cuenta conmigo’ o ‘Verano azul’. Nada más llegar a Banalia, Pierluigi conoce a Margherita y a los gemelos Edoardo y Everardo, cada uno con una personalidad muy particular, y aunque al principio no parecen entenderse, porque están muy cerrados en sí mismos, cuando se les presenta la oportunidad de formar parte de esta aventura, no lo dudan y se convierten en un gran equipo, a pesar de sus diferencias. En ese verano, Pierluigi siente lo que es formar parte de un grupo, y también que te den tu primer beso. Pero, sobre todo, descubre cuánto se puede disfrutar leyendo un libro. Al final de la novela, se añade una nota firmada por Augustus Sunday, el seudónimo que utilizó el autor cuando escribió el libro junto a su editor, Luigi Spagnol. En ella se habla de Antoine- Augustin Parmentier, un agrónomo del siglo XVIII que defendió el uso de la patata, y a él se le adjudica la idea de la que parte este libro: cómo una prohibición convierte en atractivo algo que antes no lo era. Aunque sea por llevar la contraria.