Dicen los que entienden de estilo que «siempre es bueno llevar sombrero por si algún día tienes que sacártelo ante alguien». Esa premisa la lleva a su máxima expresión José Luis Figuereo (Cádiz, 1970), que ha convertido este complemento en una seña de identidad incuestionable. Hasta el punto que, en sus shows, los fans inundan de birretes los recintos y gritan sin prejuicios sus mejores himnos. En Tarragona, el andaluz cuenta con un ejército fiel de adeptos y adeptas que han acudido a su llamada con puntualidad. Este sábado, en la San Miguel Tarraco Arena, se subirá al escenario y los recibirá con gusto.
La legión de barrieros está enganchada a un sonido tan reconocible como una bandera: la mezcla del rock andaluz con el toque de un cantautor pegado al flamenco. La atmósfera que crea en sus actuaciones resulta familiar, una melodía común en cada uno de los temas, un ejercicio popular que genera cosquilleo, amabilidad y emociones entre los y las asistentes.
Atemporal se presenta en Tarragona dispuesto a conservar la vigencia. Se trata del último álbum de este tipo que no solo se ha limitado a refugiarse en el parpadeo aflamencado. José Luis Figuereo exhibe una inquietud inusual para acudir a otras atmósferas, para cambiarle el paso a sus canciones. Y con un mérito sustancial; no ha perdido la fe de sus fans.
«Escribo para que el pueblo pueda entenderlo», confiesa a menudo el artista, con raíces en Cádiz, aunque con mucha influencia artística en Madrid, donde, por ejemplo, empezó a tocar la guitarra en la Vaguada, en Casa Patas o en la sala Caracol, espacios emblemáticos de la capital.
Hace un puñado de años, La Fuente del deseo (2000) significó el despegue del proyecto hacia la popularidad. En todos los rincones de Andalucía, el estribillo de esa creación fetiche para el solista sonó prácticamente sin respiro. Desde entonces, hasta 14 discos componen la historia que todavía escribe Figuereo, un músico que dignifica la profesión vocacional, alejada de las estrategias de marketing y de la dictadura de la inmediatez.
Rebuscar en el pasado
Atemporal relata pasajes de discos antiguos y los pone a prueba con las tendencias más actuales. Se trata de un trabajo que indaga en el pasado y lo transforma en el arte presente. Selu, tal y como le llmana sus seres más cercanos, conoce la llave que convence a sus fans y en el directo «hasta la tercera o cuarta canción no le cojo el tono. Luego piso el acelerador y ya no paro», ha soltado en algunas puestas en escena públicas.
Desde su primer disco (Yo Sueno Flamenco, 1996) hasta la actualidad, se ha posicionado en lo más alto de las listas de ventas. Con 14 editados en el mercado, se trata de uno de los artistas que más ejemplares ha vendido en sus veinte años de carrera, por los que ha recibido numerosos Discos de Oro y Platino.
El Barrio se ha acostumbrado a colgar el cartel de Sold Out en sus directos, se ha postulado como el artista tanto nacional o internacional que más veces ha llenado el emblemático WizInk Center de Madrid.
Figuereo combina influencias de diferentes estilos, utiliza la lírica de una manera adecuada para contar temas de actualidad y de la vida cotidiana. Por y para los barrieros.
