Paz, serenidad, recuerdos, emociones y sentimientos es lo que evocan los paisajes del pintor de Alcover Jordi Isern.
Con todo ello, viajará el próximo mes de junio hasta Japón, concretamente hasta la ciudad de Sendai, en la prefectura de Miyagi, al este de Tokio, donde tendrá lugar una exposición del 5 al 12 de junio.
La razón es unir lazos entre el arte y la solidaridad. «Como en ocasiones anteriores, una parte de la venta de los cuadros irá destinada a una organización benéfica. En esta ocasión, será a favor de la institución Fruto del amor, que apoya a una escuela de niños y niñas con diversidad funcional y a sus familias; para que con estos ingresos extraordinarios puedan seguir adelante con la labor que desempeñan», explica el artista.
En cuanto a la importancia de integrar los valores del arte y la solidaridad, Jordi Isern indica que «este espíritu forma parte de la cultura artística japonesa, es decir, el público, además de comprar arte porque le gusta, le da mucho más valor cuando sabe que con su contribución ayudan a otras personas».
En total, Jordi Isern viajará con 37 obras paisajísticas inspiradas en Tenerife y Catalunya, con especial atención a las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Priorat, así como el pre Pirineo de Girona y el Pirineo de Lleida. «Para mí, siempre es un orgullo decir que procedo de la provincia de Tarragona, y hablar de Alcover y Montblanc -donde tengo la galería-, así como del Delta de l’Ebre y del Priorat. Siempre hago bandera del territorio y sus paisajes», reivindica el pintor contemporáneo.
Mi manera de vivir gira alrededor de la pintura
Sobre el hecho de poder viajar, confirma el pintor, «en el ámbito profesional, me otorga visibilidad a nivel internacional», mientras que a nivel personal recuerda que «mi manera de vivir gira alrededor de la pintura; entonces, organizo las exposiciones basándome en ello y a sabiendas de que cada obra que termino seguirá su propio rumbo».
La naturaleza
Por esta razón, a Jordi Isern le fascina «transmitir la conexión que siento con el paisaje en cada tela, porque la obra es el medio de transmisión de sentimientos y recuerdos». Una obsesión que en el último año le ha llevado a descubrir nuevos horizontes: «Desde el primer momento que pisé el Valle de Baztan, en Navarra, me sentí vinculado a él; así que he regresado en diversas ocasiones para disfrutar del paisaje en las diferentes estaciones del año».
Un ejemplo más de como la naturaleza, en su máximo esplendor, acontece la compañera de viaje del artista contemporáneo de Alcover, quien a los veintiséis años tomó la decisión de buscar la paz y tranquilidad de la naturaleza, de los espacios abiertos, a través del arte. «Pintar es la expresión de un sentimiento que me empuja a plasmar lo que amo. Y es la naturaleza, el patrimonio más importante que tenemos», recuerda Jordi Isern.