Hace un año una tortuga careta desovó en la playa de Calafell, en la zona de L’Estany. Decenas de voluntarios custodiaron el nido durante meses para garantizar la eclosión de los huevos y el nacimiento de los pequeños ejemplares.
La presencia de aquel ejemplar de tortuga podría hacer que esta temporada vuelva a desovar en la misma zona, por lo que el Ayuntamiento de Calafell pide a los bañistas que en el caso de detectar rastro de la presencia de la tortuga avisen al teléfono 112.
Por ello muchos bañistas confían en el la tortuga Chiki, como se llamaba la tortuguita de la película Buscando a Nemo, pueda volver a Calafell. El pasado año nacieron 44 tortugas de aquella puesta.
Ahora comienza la época de nidificación de la especie por lo que en cualquier momento el ejemplar del pasado año podría volver a aparecer por las playas de Calafell. En caso de observar al ejemplar no hay que acercarse ni hacer fotos ni iluminarla ni hacer movimientos bruscos a su alrededor.
Pese a ser la especie de tortuga más abundante en el Mediterráneo, la contaminación del agua, los residuos y la captura accidental son unas amenazas que han situado a la especie como vulnerable. Una situación a la que se une la presión humana en las playas.
Puede identificarse una puesta observando el rastro y se verá una zona con arena removida que es el camuflaje del nido y al lado un hueco en la zona donde se encontraba la tortuga en el momento de camuflar el nido.