Vila-seca quiere poner en valor uno de sus grandes patrimonios históricos y que todavía es un gran desconocido; la Vil·la Romana de Cal·lípolis. El yacimiento, que se encuentra en los terrenos de La Pineda propiedad del Port de Tarragona, ha sido declarado como Bé Cultural d’Interès Local (BCIL) en el último pleno.
Un primer paso para que se incorpore el yacimiento romano al Catàleg del Patrimoni Cultural Català, antes de pedir que se catalogue como Bé Cultural d’Interès Nacional (BCIN). Un nivel de protección que ya tienen otros elementos patrimoniales de Vila-seca como las torres medievales o la Ermita de la Mare de Déu de La Pineda, por ejemplo.
La intención de declararlo como BCIN «nos abre la puerta a podernos acoger a convocatorias de subvenciones e intentar conseguir el máximo apoyo posible para preservar y poner en valor el patrimonio de la forma más potente que podamos», explicó la regidora de Cultura, Manuela Moya.
En este sentido, cabe recordar que Cal·lípolis se convertirá próximamente en el eje vertebrador de un innovador centro experiencial que se construirá en La Pineda. Un proyecto que ya cuenta con 5 millones de fondos Next Generation, pero que requiere otros 3.
Después de varios años sin intervenciones, el año pasado, la villa romana fue objeto de una profunda limpieza por parte del Port el año pasado. Unos trabajos que sirvieron para delimitar los límites del yacimiento dentro del Pla Especial de la ZAL del Port de Tarragona, que se encuentra justo al lado. Además, se identificaron las próximas zonas a excavar que hasta ahora no se han descubierto y que se prevén acometer en los próximos meses.
Cal·lípolis es una villa romana de gran interés histórico datada en el siglo I. Conserva restos de las termas, espacios de vivienda, baños y espacios de almacenamiento, productivos y zonas recreativas. Es, además, el lugar donde se encontró en los años 50 el emblemático mosaico de los Peixos.