La Residencia Vila-seca ampliará su capacidad con una docena de nuevas plazas próximamente. Dos décadas después de entrar en funcionamiento (el año 2003), el centro se ampliará con la construcción de diez habitaciones; dos dobles y ocho individuales, con el objetivo de dar respuesta al incremento de la demanda de servicios asistenciales en los últimos años. Las nuevas instalaciones se ganarán con el cubrimiento de una de las terrazas en la tercera planta del edificio, situado entre las calles Tarragona y Requet de Fèlix.
El Ayuntamiento de Vila-seca ya aprobó por pleno la modificación del contrato que se adjudicó en el año 2000 para permitir la ampliación de plazas y ahora es la empresa concesionaria la que deberá llevar a cabo las obras. Con una inversión que rondará los 600.000 euros, desde la empresa que gestiona las instalaciones (el Grup Mutuam) se muestran satisfechos por disponer de esta autorización y, aunque no dan ningún calendario concreto, afirman que ya están trabajando para que la ampliación sea una realidad «en el mínimo tiempo posible».
Actualmente, el equipamiento ofrece 100 plazas de residencia, entre las que hay un 85% públicas y un 15% privadas. La modificación del contrato, aprobada por el Ayuntamiento, detalla que las doce plazas adicionales se ofrecerán de forma preferente a la Generalitat para ofertarlas a precios públicos.
Entre las camas que actualmente son de gestión pública, únicamente 50 se destinan a residencia de personas mayores, en colaboración con el Departament de Drets Socials. Otras 15 plazas de residencia son privadas.
Mientras, hay 35 plazas de la Residencia Vila-seca que están concertadas con el Departament de Salut. En este caso, las destina a media o larga estancia de personas mayores enfermas o personas de cualquier edad con enfermedades discapacitantes, terminales o que requieran curas o tratamientos de forma continuada.
A pesar de la ampliación a 112 plazas de residencia, la oferta en Vila-seca todavía está lejos de la ratio de 5 plazas por cada 100 ciudadanos mayores de 65 años que recomienda la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España. Según los datos del último censo, la ciudad cuenta con una población mayor de 65 años de 3.575 personas, con lo que la necesidad de plazas residenciales para la ciudad sería de 178.
Por otro lado, el incremento de plazas conlleva también que la empresa concesionaria tendrá que pagar un canon anual al consistorio de 5.465 euros. Un coste que hasta ahora no se incluía, ya que la empresa asumió la construcción del edificio. Cabe recordar que la concesión actual finalizará el año 2052.