Imposible dormir y descansar. Los botellones en la zona de la Bòbila, en el núcleo del pueblo de Calafell, hasta bien entrada la madrugada, altera a los vecinos de la zona.
Grupos de jóvenes se concentran en el aparcamiento de la Bòbila, a los pies del castillo, y con música a elevado volumen celebran fiestas.
Los vecinos alertan de la situación. Explican que el pasado viernes la fiesta se alargó hasta las cinco de la madrugada del sábado. Y temen que la situación se alargue todo el verano «a pesar de que hay quien trabaja y debe madrugar».
«Imposible descansar»
«Es imposible descansar», explica una vecina que pese al calor debe dormir con las ventanas cerradas para intentar amortiguar el ruido y la música. «Pero aún así es imposible descansar».
El concejal de Policía, Marc Casellas, señala que habrá un incremento de patrullas por la zona para evitar esas concentraciones y que puedan consolidarse este agosto.
Si hasta ahora la Policía Local exigía a los concentrados que se retirasen, «ahora, si se observa que beben alcohol», primero se les multará y después se les conminará para que desalojen.
Casellas recuerda que la ordenanza prohibe el consumo de alcohol en la vía pública, «por lo que pueden ponerse sanciones por el botellón».
Los vecinos de la zona señalan que además de esas concentraciones con música a elevado volumen también hay algunos conductores que realizan derrapes con sus vehículos que también provocan molestias.