El arroz y los cócteles fueron ayer los grandes protagonistas del concurso culinario que se llevó a cabo en Cambrils.
El Institut Escola d’Hoteleria i Turisme de Cambrils celebró ayer la séptima edición del concurso de cocina Arroz Montsià 2023 y la tercera edición del concurso coctelero, Summer Drinks 2023, con Royal Bliss.
En el concurso gastronómico participaron 12 alumnos de seis escuelas diferentes de toda Catalunya, y en el de coctelería concursaron estudiantes de nueve institutos, también de Catalunya. Es una iniciativa para poder compartir y establecer relaciones entre las diferentes escuelas y, además, para potenciar capacidades, como la innovación y la creatividad, a los jóvenes.
Para cocinar el arroz, los participantes, en parejas, debían elaborar en dos horas la versión clásica del llamado arroz pobre y, después, una segunda receta en la que pudieron añadir hasta cinco ingredientes para convertir el plato en una elaboración creativa y propia sin perder la esencia clásica. «Aquí, lo que más se valora para elegir el ganador son sobre todo las técnicas culinarias que utilizan los concursantes y, también, el emplatado y la presentación del plato», dice una de las responsables del concurso.
Los estudiantes, nerviosos y vestidos con sus uniformes de cocina, estaban listos para la presentación de sus recetas. El jurado degustó cada plato para evaluar la presentación, el sabor, la textura y la originalidad. El ambiente era competitivo, pero también amistoso, estaba lleno de tensión y emoción. Los concursantes se daban ánimos y se ayudaban entre ellos cuando era necesario.
«Vengo a darlo todo y a demostrar mis habilidades en el mundo de la cocina para poder ganar esta edición», explicó uno de los concursantes.
Para la preparación de los cócteles, los aspirantes disponían de siete minutos. El requisito principal que debían de cumplir era la elaboración de una bebida veraniega.
El silencio reinaba en la sala, apenas se podía escuchar una música relajante de fondo para calmar los nervios y tensión de los jóvenes. El público y el jurado oserbava atentamente cada movimiento de los participantes.
Estaba lleno de sabores, colores y aromas que los estudiantes, tratando de impresionar a los jueces, ofrecían para la preparación de sus bebidas únicas y originales.
Los cócteles se presentaron en unas copas elegantes que cada concursante decoraba como quisiera.
Los participantes, tanto del concurso gastronómico como del de coctelería, trabajaron con tanta habilidad y creatividad que dejaron a todo el público cautivado.
