La campaña turística de Semana Santa está a un paso de arrancar y, de momento, no se han instalado aún los chiringuitos en las playas de Salou. Esta esperada época del año para el sector supondrá ver la costa salouense sin apenas establecimientos hosteleros sobre la arena de la playa.
Fuentes del Ayuntamiento insistían ayer en que esperan que la campaña empiece con algunos chiringuitos ya abiertos, aunque desde el propio sector entienden que es muy difícil que ello se lleve a cabo, especialmente «que abran todos los que ya han sido adjudicados».
Cabe recordar que el consistorio de Salou ha tenido que sacar a licitación una segunda convocatoria para la adjudicación de estos chiringuitos y servicios de playas. A día de hoy, están adjudicadas 12 de estas concesiones, a la espera de las que se produzcan en esta segunda fase, a la que le queda poco por finalizar.
Según señalan algunos antiguos concesionarios, «ha habido quien ha puesto sobre la mesa cantidades anuales de 180.000, 210.000, 275.000, 375.000 euros en la puja. Eso multiplícalo por ocho años, el tiempo de la concesión, además de añadirle el coste que supone la compra de todo el nuevo material (entre 95.000 y 110.000 euros)».
«No es rentable»
De hecho, hay exadjudicatarios que llegaron a tener la concesión durante 22 años, «pero con estas nuevas concesiones es imposible que salgan los números. ¡Y poniendo cifras muy inferiores a las que he puesto ahora!». Se da la circunstancia de que algunos de ellos han optado por comprar un local en primera línea de mar, no estando pendientes de la adjudicación de una de estas concesiones. Es el caso de Boris, Gerard y Eva. El mismo Passeig Miramar en el que tenían sus establecimientos (Morabito o Super Trooper) es el escenario escogido tras esa renuncia a los chiringuitos de playa. «De los 33 habituales que éramos, sólo uno ha acabado quedándose con una licencia», explican.
Retraso
Marçal Curto, concejal de Platges, señala que «el Ayuntamiento de Salou hace una valoración muy positiva en cuanto al número de ofertas presentadas», que fueron 115, y añade que «tras llegar al final, ha habido algunos interesados que decidieron renunciar y este hecho ha generado algún retraso, ya que ha obligado a la Administración a ofertar a los segundos de la lista».
El edil asegura que «hemos optado por un nuevo concepto de playas, cuyo principal objetivo es hacer que el usuario disfrute aún más de la playa y de los servicios que éstas pueden ofrecer». Así, «queremos ofrecer un mejor servicio y unos chiringuitos modernos, más uniformes y con material nuevo. No olvidemos que este cambio es el resultado de las reclamaciones del sector y también de los que utilizan el servicio de los chiringuitos-restaurante. Se ha intentado que los chiringuitos cambien de aspecto para que se integren mejor en unas playas que pretendemos que sean más amables, que haya menos ruido. Las playas deben ser una experiencia para disfrutar y el entorno debe ser propicio».
Sin embargo, esta idea lanzada desde el consistorio choca frontalmente con los comentarios de antiguos concesionarios de los chiringuitos. Unos apuntan que no habrá tiempo para que se ponga en marcha ningún chiringuito antes del inicio de temporada; otros, que si eso ocurre, ya se habrá perdido parte del negocio.
