Este lunes, los usuarios de la línea de R2 Sur de Rodalies, entre Sant Vicenç de Calders y Barcelona, han vuelto a sufrir una jornada de caos, espera y desesperación ante los reiterados retrasos que sufren hace meses.
Los andenes de estaciones de Calafell, Segur de Calafell y Cunit se han ido llenando de usuarios del tren, ya que ha habido trenes que no han pasado. Por ello, los andenes se han saturado y muchos viajeros no han podido acceder a unos vagones que ya iban llenos. Pero además, los trenes siguen siendo de apenas tres vagones. Muy cortos para la cantidad de viajeros de la época.
La situación no es nueva y se repite desde hace meses. Pero en verano sus efectos se multiplican, ya que aumenta el número de viajeros.
Una de las usuarias del tren en Calafell que esperaba ir a Barcelona explica que a las siete de la tarde se han suprimido dos trenes, «pero se veían pasar a varios en dirección a Sant Vicenç de Calders».
Cuando por fin los viajeros han podido subir al tren, ya iba lleno y muchos sabían que debían ir de pie. Pero además temían cómo se haría al llegar a estaciones como Sitges o Vilanova, estaciones donde esperan muchos usuarios.
Renfe explica que la supresión de algunos horarios y que en cada hora solo haya una circulación en lugar de dos son causas excepcionales; no hay una programación diferente; la supresión de una circulación es por avería o por falta de material, argumentan.
Si en una línea hay un retraso de más de 40 minutos, puede hacerse bajar a los usuarios de un tren para enviar esa unidad a donde se necesite para no desorganizar al resto de la red.
Pero los usuarios ya no entienden esas explicaciones, ya que un día sí y otro también sufren retrasos y trenes saturados.