Es el gesto de agradecimiento de los vecinos a su patrona. Un sentimiento que hacía ocho años no podía expresarse. La pandemia truncó entonces esa peregrinación en la que los vecinos de Mont-roig muestran devoción a su patrona.
Cada cuatro años, coincidiendo con la festividad de la Mare de Déu de la Roca, Mont-roig acoge una celebración especialmente sentida y que ayer estuvo acompañada por el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, que destacó que la participación vecinal es «un signo de vuestra fe y muestra de devoción que tenéis por la Mare de Deu, invocada secularmente con el nombre de la Roca».
8 de septiembe
La festividad de la Mare de Déu de la Roca es el 8 de septiembre, pero la semana antes ya se organizan actos de homenaje. Este domingo la imagen de la patrona salió de la ermita a donde regresará en su diada. Centenares de vecinos acompañaron a su patrona por las calles del pueblo.
Las calles y balcones volvieron a estar engalanados para la fiesta. Esa ornamentación comenzó a colocarse en 1959 y dejó de hacerse en 1971, pero volvió a recuperarse en 2004.
La bajada de la imagen desde la ermita hasta la iglesia comenzó a celebrarse en 1989 con motivo de la coronación canónica de la Mare de Déu de la Roca. Son muchos los vecinos que agradecen a la patrona su intercesión en las plegarias. Esa semana la imagen permanecerá en la iglesia, donde muchos acuden a darle gracias.
El regreso
El próximo 8 de septiembre los vecinos volverán a llevar la imagen a su ermita, en un entorno declarado de Interés Natural, «donde confluyen en equilibrio naturaleza, paisaje, fe, historia y leyendas», señaló Planellas. El arzobispo pidió a los vecinos mantener esa tradición y transmitirla a las siguientes generaciones.
La imagen de la patrona de Mont-roig tiene una devoción de siglos. Durante la Guerra del Francés (1808) muchas localidades temieron el saqueo de sus iglesias y ermitas. Los vecinos retiraron entonces la imagen de la ermita y la ocultaron.
En 1811 la ermita fue quemada por los soldados napoleónicos. Gracias a la acción de los vecinos, la imagen se salvó. Tras la reconstrucción entre 1815 y 1816, la figura fue devuelta a su santuario un 8 de septiembre de 1816 ya entonces con una gran procesión.
Para ello, los propios vecinos construyeron el camino viejo de la ermita que es el que seguirá la procesión de retorno.