La temporada alta turística ha concluido con buenas cifras de ocupación en la Costa Daurada. Las empresas de hostelería cierran el tramo con más actividad del año con números similares al año pasado y confían en crecer en el último cuatrimestre para volver a cifras previas a la pandemia, el gran objetivo fijado para este 2024. A pesar de los buenos datos de pernoctaciones, desde el sector comercial lamentan que las ventas en plena temporada han caído respecto al verano pasado. La inflación y el incremento del coste de viajar, entre los motivos que creen que están detrás de este descenso en el consumo de los turistas.
En número absolutos, según recoge la Encuesta de Gasto Turístico que elabora el Instituto Nacional de Estadística, el gasto medio por turista en Catalunya ha pasado de 1.327 euros en julio de 2023 a 1.306 euros el pasado mes de julio (-1,56%). Un dato que incluye todo el gasto en el destino, desde el alojamiento y el transporte, a la manutención, las actividades de ocio, compras y otros. El gasto medio diario es de 200 euros por cada turista internacional que llega a Catalunya.
La contención en el gasto en comercio o restauración es algo que también han apreciado desde la Federació Empresarial d’Hostaleria de la provincia de Tarragona (FEHT). Su presidenta, Berta Cabré, reconoce que la gente sigue viajando, pero «controla mucho más el gasto que realiza durante la estancia en el destino».
«Los hoteles y campings han subido y han tenido más pernoctaciones, pero eso no se ha visto reflejado en el comercio. La sensación que tenemos es que los turistas han gastado menos. A nivel de ventas, el verano ha sido peor que el año pasado, aunque no ha sido una bajada alarmante», manifiesta Tomás Sierra, presidente de la Unió de Botiguers de Cambrils. Asimismo, el portavoz de los comerciantes cambrilenses asegura que «tampoco se ha notado una gran afluencia de gente en las calles. Especialmente de lunes a jueves, hemos notado que había menos turistas que otros años».
En este sentido, Sierra recuerda que «el año pasado veníamos de acabar con todas las restricciones de la pandemia y la gente tenía más dinero en el bolsillo para gastar. Este año, entre las subidas de las hipotecas y de la cesta de la compra semana tras semana, se nota que no hay tanto para gastar. Al final, la gente invierte en viajar, dormir y comer y lo primero que recorta es en ir de tiendas».
El incremento de precios es el posible factor que señalan también los comerciantes de Salou. «Se nota que sigue viniendo mucha gente y que hay afluencia en las zonas comerciales, pero el turista gasta menos. No ha sido muy abrupta, pero sí que en líneas generales ha bajado la facturación respecto al verano pasado», indican desde la asociación Shopping Salou.
Por otro lado, desde la entidad ven con preocupación la recta final de la temporada, con una bajada de actividad a causa del mal tiempo de los últimos días. «Esperemos que el clima vuelva a acompañarnos para que nos ayude a estirar la temporada y la gente tenga ganas de venir y de comprar», expresan.
En la misma línea se expresa Josep Soria, presidente de la asociación de comerciantes Fòrum de Calafell, que cifra la caída en la facturación en la ciudad alrededor del 20%. «No ha sido una buena temporada. El comercio es el que más ha recibido», asegura. «A nivel de ocupación hotelera ha sido buena, pero el comercio ha notado una caída de ventas. El tíquet medio de la restauración también ha bajado. No ha sido como el año pasado», admite.
El representante empresarial argumenta que «la Semana Santa cayó mal y el tiempo ha sido irregular» y apunta a la fuerte competencia de Barcelona como un factor determinante para las tiendas del municipio. «Sigue haciendo mucho daño la venta ‘on line’ y que en Barcelona algunas grandes cadenas ya tenían rebajas en junio. Eso obliga a que aquí, en plena temporada, ya comienzas vendiendo a precio de rebajas», lamenta.
