C asi 30 puntos y tres horas de duración. El primer pleno del nuevo curso político del Ayuntamiento de Cambrils fue una nueva muestra de cómo cambian las opiniones y hechos cuando un partido está en el gobierno o en la oposición. Tampoco se nos escapa el hecho de que los partidos tienen la mirada puesta en las elecciones municipales y toda medida adoptada o afirmación pública pueden servir para ganar votos.
El orden del día de la sesión tenía varios puntos económicos. El más importante, la aprobación de la congelación de las ordenanzas fiscales para 2023. Como ya habían avanzado el día antes el alcalde, Oliver Klein, y el concejal de Hisenda, David Chatelain, el gobierno había decidido mantener el importe de las principales figuras tributarias, como el impuesto de bienes inmuebles (IBI), la tasa de recogida de basuras o la tasa por ocupación de la vía pública, para «no castigar» a la ciudadanía en este momento económico tan incierto y delicado.
«Evitamos aumentar la presión fiscal sobre los cambrilenses y sin poner en peligro los servicios públicos (...) Es una decisión justa y responsable», expuso ayer Chatelain antes de la aprobación del punto.
La propuesta del gobierno incluía tres novedades, dos de ellas aportadas por la oposición. Desde Junts propusieron bonificar en un 50% la cuota del IBI a campings y hoteles que apuesten por la instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo, mientras que desde ERC plantearon aplicar una bonificación del impuesto de actividades económicas (IAE) para empresas que aumenten su plantilla en sus centros de trabajo de Cambrils. Por ello, los portavoces de los dos partidos, que agradecieron a Chatelain su predisposición de reunirse con ellos y aceptar sus sugerencias, lamentaron que el documento no incorporara rebajas o bonificaciones que vinieran por parte del gobierno.
«Celebramos que la propuesta de nuestro grupo que hicimos para las ordenanzas de 2022 se incorporen ahora para 2023», dijo Lluís Abella, de Junts, que expuso las otras propuestas que habían planteado y no se habían aceptado. «Quizá las incluirán el próximo año», dijo. El portavoz también añadió que estaban ante «una mínima modificación» del documento económico. «Cada año, cuando estaban en la oposición, nos exigían bajar el IBI, las basuras, medidas para incentivar la actividad económica...Y nos decían que casi todas las propuestas eran técnicas. Y resulta que, ahora que mandan, no hacen nada de lo que prometían, sino todo lo contrario (... ) Sus propuestas tienen poca relevancia», afirmó.
En esta línea, la portavoz de ERC, Camí Mendoza, manifestó: «Cómo cambian las cosas cuando uno está en la oposición y cuando se está en el gobierno». La exalcaldesa recuperó varias de las frases que le dedicaban desde la oposición cuando ella lideraba el gobierno y presentaban las ordenanzas. «En el año de la pandemia nos pedían medidas drásticas. Dice que bajaría los impuestos, bájelos. Cuando nosotros justificábamos que no se podía ustedes nos decían que lo hiciéramos. Me habría gustado que hubiese una propuesta del gobierno actual y lamentablemente no ha sido así», aseguró. Mendoza anunció que votarían a favor porque consideraban que «la única ordenanza significativa» que se había incluido la había presentado su partido.
En la réplica, Chatelain justificó que la situación económica había cambiado por la subida del IPC y que el Ayuntamiento ya ofrece todas las bonificaciones posibles. «Tenemos que garantizar la viabilidad de la administración pública», apuntaló el edil, que agregó que se habían estudiado los valores catastrales para ver si se podía bajar el IBI pero «la realidad es la que es».
Tras varios puntos económicos llegó el turno de preguntas, una de ellas referente a la ruta de la tapa. Mientras que en el resto de municipios vecinos se ha podido hacer con normalidad, parece que en Cambrils este año no estamos de suerte. La ruta prevista para junio se suspendió por la poca participación –el mínimo de inscritos es de 30 bares y restaurantes– y la de octubre tampoco se celebrará por el mismo motivo. Una mala noticia para una localidad que defiende con orgullo el título de capital gastronómica de la Costa Daurada.