Los vecinos de los barrios del Puig y del Pèlag de El Vendrell piden aclarar la causa de la muerte de patos en el torrente del Lluc que pasa junto a sus casas. Temen que algún vertido ilegal haya afectado a los animales y pueda tener consecuencias para la salud de los residentes en la zona.
La aparición de patos muertos ha coincidido con la bajada por el torrente de agua de color verde intenso y se teme que pueda haber una relación.
Sin embargo esa correspondencia está descartada, según el Consell Comarcal del Baix Penedès. El verde del agua es por un colorante alimentario inocuo empleado para comprobar si hay fugas en las canalizaciones.
Comprobación
Para comprobar si hay fugas en la canalización de 2 kilómetros que va del polígono Els Massets de Bellvei al colector gestionado por el Consell Comarcal en el torrente del Lluc, se vierte el colorante. Con ello se ha comprobado que hay una fuga ya que el agua ha entrado en el torrente.
Sin embargo se descarta que el producto sea la causa de la muerte de las aves. Ahora debe analizarse con una necropsia la causa que ha afectado a los patos y el estado del agua del torrente. Los agentes rurales y la Agència Catalana de l’Aigua ya tienen muestras.
El torrentes una vía natural de desagüe para situaciones de lluvias intensas. Históricamente estaba seco, pero hace más de una década tiene un caudal constante procedente de la depuradora comarcal de Santa Oliva.
En su momento se descartó canalizar bajo tierra ese caudal de agua limpiada y se optó por liberarla al torrente con el argumento de la renaturalización y la recarga de los acuíferos.
Esa situación ha modificado el ecosistema natural ya que ha incrementado la vegetación, pero también ha creado zonas de encharcamiento que los vecinos señalan como un foco de malos olores y de mosquitos.
Intervención
Los vecinos del Pèlag y del Puig reclaman que se cumplan las promesas de una intervención que sanee todo el cauce a sus paso por la trama urbana y evite las acumulaciones de agua.
En los fines de semana y periodos vacacionales la cantidad de agua que baja por el torrente se incrementa ya que la depuradora debe trabajar con un mayor caudal debido al aumento de población.
Denuncian que se acumulan fangos y malos olores. Temen que a lo largo del cauce pueda haber vertidos ilegales. El Ayuntamiento anunció una intervención ajustada a la actual realidad natural del torrente.