Los hechos se remontan al martes día 16 de agosto. Aquella tarde de canícula, cuatro personas se presentaron en la deixalleria de Vila-seca con el fin de llevarse todo tipo de objetos para revender, desmantelar o reutilizar. Uno de ellos saltó la valla y empezó a pasar ‘género’ a los otros tres que iban colocando el material en la parte trasera de un Golf plateado.
Los ladrones fueron descubiertos por trabajadores de la deixalleria de Vila-seca y vieron como el que había entrado por el lateral, saltaba la valla y se subía al coche con los otros compinches.
El coche arrancó y desapareció del polígono Alba. Sin embargo, la matrícula daba la primera pista de quién podría estar detrás de aquel robo en Vila-seca.
La Policía Local acudió a la deixallería con el aviso de los trabajadores. Con el número de matrícula se pudo poner nombre y dirección del titular. Y la pista condujo a Torredembarra, donde residiría el propietario del coche plateado.
La comunicación entre las dos policías permitió que el mismo día, horas más tarde, cuatro personas fueran interceptadas en el paseo Miramar, dos vecinos de la localidad, uno de Creixell y un cuarto integrante de Roda de Berà.
En la parte de atrás del coche había diferentes artículos que tenían toda la pinta de haber sido sacados de una deixalleria. Los objetos del maletero, la descripción del coche y la matrícula fueron suficientes indicios para arrestar a los cuatro ocupantes del turismo, dos hombre de 42 años cada uno y dos mujeres de 31. Ambos fueron acusados de un delito de robo con fuerza.
