A principios del siglo XIX en el centro histórico de El Vendrell se abrieron varias fuentes dieron servicio a los vecinos y a los agricultores.
Esas fuentes se instalaron en la calle Carnisseria, que data de 1831 y que entonces quedaba fuera de la muralla de la ciudad, la Font de la Menya, de 1828, la de la calle del Pou (1830) o de la calle Cristina Baixa.
Ese patrimonio es habitual víctima del vandalismo en forma de garabatos que dañan la piedra original.
Hace unos días comenzaron los trabajos para restaurar cuatro de esas históricas fuentes a cargo de la restauradora Sonia Marín y su equipo y que ya habían dignificado la fuente del Pou de Santa Anna.
Pero la restauración ha durado apenas cuatro días como explica El Vendrell TV. Pocas horas después de la laboriosa restauración de la fuente, ha vuelto a aparecer atacada con un garabato que daña la piedra y que obliga a volver repetir el trabajo de recuperación.
La situación ha indignado por la acción de quienes no tienen el más mínimo respeto por el patrimonio, la historia y el civismo.
En declaraciones a la televisión local, la restauradora Sonia Marin, explica la dificultad de la restauración ya que la pintura puede penetrar en la piedra porosa y es complicado eliminarla. Ahora deberá repetirse todo el trabajo que se había realizado.
La intervención también han consistido eliminar hongos, manchas de humedad y retirar restos de mortero que algunos lanzan en la fuente.
FOTOS: El VENDRELL TV