Los pollos de chorlitejo patinegro que la pasada primavera nacieron en las playas de Torredembarra, Calafell, Cunit, Cubelles y Sitges comienzan a poder volar y dejan las zonas de nidificación en busca de climas más cálidos para pasar el invierno y que también sean áreas más tranquilas.
Hace unos años que la especie pudo volver a verse en diversas playas después de incluso hasta tres décadas de ausencia como sucedió en Calafell. Esa situación motivó que los municipios impulsasen campañas de protección con la delimitación de los espacios de cría y de una necesaria vigilancia para evitar la destrucción de los nidos por el vandalismo.
El chorlietjo ya está en la lista roja de aves en peligro de extinción. Grupos ecologistas como el Grup d’Estudi i Protecció dels Ecosistemes Catalans (Gepec) impulsa esos planes de protección en Torredembarra Calafell, Cunit, Cubelles y Sitges.
Voluntarios
Más de un centenar de voluntarios han custodiado las zonas de cría y explicado a los usuarios de las playas la riqueza natural que supone la conservación de la especie y de su entorno. Precisamente la destrucción del hábitat litoral es la principal amenaza para el chorlitejo.
Esta campaña han sobrevivido 29 pollos en las playas donde el Gepec ha realizado la custodia. No es un número alto si se tiene en cuenta que entre los cinco municipios ha habido 29 puestas con 85 huevos.
Zonas naturalizadas
El Gepec destaca que pese a que los pollos que han tirado adelante no son muchos, hay en cambio un incipiente aumento de ejemplares en áreas donde se están naturalizando las playas y donde antes el ave no tenía presencia.
Riesgo
Pero el grupo alerta que con las cifras de nacimientos de esta temporada se mantiene el riesgo de perder las poblaciones establecidas en zonas que han sido de nidificación durante los últimos años.
Pese a la disminución de puestas y huevos respecto al pasado año, ha aumentado el número de ejemplares que pueden volar (23 en 2021 y 25 en 2022).
Ante la situación el Gepec señala la necesidad de crear más zonas naturalizadas en las playas y sobre todo seguir con la pedagogía hacia la población. Las playas, antes de un espacio de ocio, son un ecosistema, destacan.
La presión sobre las zona litorales , el paso de maquinaria de limpieza y la amenaza de los perros y gatos que van sueltos son los principales motivos de la pérdida de los espacios de cría en los arenales.
Esta temporada, además de las cordadas en las zonas de protección, se han colocado plafones explicativos de la flora y fauna que puede encontrarse ese ecosistema. Los voluntarios han realizado tareas de vigilancia, cuidado y didáctica para los bañistas.
