El Ayuntamiento de Altafulla tendrá que prorrogar el presupuesto municipal de 2022, después de que la propuesta del equipo de gobierno para el próximo ejercicio no consiguiera los apoyos necesarios en el último pleno del año celebrado este jueves. Una sesión en la que volvió a quedar clara la gran división política que atraviesa la localidad desde la moción de censura.
Las cuentas para el 2023, que ascendían a casi 9 millones de euros, recibieron el voto a favor de los cuatro concejales del gobierno en minoría, de Alternativa Altafulla, además del apoyo externo de los dos ediles de Junts y Ara. Sin embargo, el voto contrario de los cinco regidores de L’EINA-ERC, la del PSC y el no adscrito Xavier Rofas sirvieron para rechazar los presupuestos.
L’EINA, el PSC y el concejal no adscrito Xavier Rofas critican la falta de negociación
El concejal de Hacienda, Francesc Farré, apeló a la responsabilidad para aprobar un presupuesto que calificó como «de mantenimiento y gestión», defendiendo que se mantenían un 90% de los elaborados por el anterior gobierno, incorporando apuestas del actual como la playa y La Violeta. En un comunicado, Alternativa denunciaba que «votar en contra es querer paralizar el ayuntamiento y poner en riesgo la actividad diaria».
Por el contrario, los regidores contrarios a las cuentas criticaron la falta de diálogo y negociación. «Altafulla no debe resignarse a aceptar unos presupuestos de gestión. Altafulla necesita unos presupuestos que proyecten un proyecto de pueblo ilusionante», dijo el portavoz republicano, Jordi Molinera.