La vida de un hombre estuvo en manos de tres litros de cerveza durante 72 largas horas. Este vecino de Creixell, que roza los 90 años de edad, pasó horas tirado en el suelo de su casa, combatiendo el frío con unas mantas y bebiendo esas seis botellas de medio litro de cerveza que logró dosificar hasta que alguien entró y le ayudó a levantarse.
Fueron 72 largas horas aproximadamente (aunque el tiempo es impreciso ante los recuerdos borrosos de la víctima) desde que el hombre se cayó en su casa, en el trayecto de su baño a otras dependencias, hasta que dos técnicos sanitarios del SEM lo levantaron y lo auxiliaron antes de llevarlo en ambulancia hasta el hospital Santa Tecla de Tarragona.
Fueron tres días en los que el hombre tuvo tiempo para pensar, en aguantar el dolor de la caída y su escasa movilidad. Tiempo para sobrevivir, para resistir con solo ese brebaje de cebada y unas mantas que logró arrimarse para combatir las temperaturas, cada vez más frías del suelo de su casa, situada en la avenida Roma.
El hombre vive solo. Es un hombre viudo desde hace un año y no tiene más familia. Reside en su casa de Creixell pasando las horas entre el café de las mañanas, las compras semanales y un pequeño taller interior en el que se entretenía.
Sus vecinos lo aprecian y siempre existe aquel saludo cortés entre las personas que se honran. Y esas costumbres diarias fueron las que alertaron a los vecinos, ya preocupados ante la ausencia de noticias de su vecino.
El lunes, el hombre se cayó al suelo y no pudo levantarse. Logró arrastrarse hasta alcanzar unas mantas y estar cerca de una nevera a la que solo pudo coger las cervezas que tenía a mano. Pasó la noche en el suelo y aunque el golpe no le ha provocado ninguna fractura ni lesión grave, no tenía fuerzas para levantarse.
Nadie oyó sus súplicas ni gritos de socorro. Y nadie tenía que visitarle en estos inicios de semana.
Con este panorama, el hombre mantuvo la compostura e intentó aguantar a base de cerveza, el único líquido y sólido que tenía a disposición. Dosificó la bebida con la esperanza que alguien lo rescatara de aquel incómodo suelo.
El miércoles a las 21.30 horas, los vecinos empezaron a preocuparse y a temerse lo peor. El hombre no había dado señales de vida y algunas las ventanas de su casa estaban entreabiertas, han confirmado fuentes de la Policía Local de Creixell, que acudió al rescate cuando tuvo conocimiento. Desde la calle, nadie podía saber qué ocurría. La valla exterior y la ausencia de luz y sonido auguraba lo peor.
Se llamó a la Policía Local y se explicó lo que se sospechaba. La patrulla se acercó a la avenida Roma. De camino a la casa del hombre se avisó a una ambulancia del SEM y a Bombers, puesto que no había manera de entrar en la vivienda.
Los bomberos lograron acceder por una ventana entreabierta y comprobar que el anciano estaba en el suelo, consciente y exhausto tras tantas horas allí.
Rápidamente abrieron la puerta principal gracias a las llaves encontradas en el interior. Entraron los técnicos sanitarios y le atendieron.
El vecino de Creixell no tenía fracturas, ni lesiones aparentemente graves. Fue trasladado al hospital de Santa Tecla de Tarragona, donde se recupera. La Policía Local cerró la casa y el vecindario espera que en breve el hombre vuelva a saludarles camino del café matinal.